El Gran Premio de Alemania se quedó en casa con la victoria de Sebastian Vettel, el podio lo completaron los dos pilotos de Lotus, Kimi Raikkonen y Romain Grosjean que no le hicieron nada fácil la carrera al alemán en Nürburgring.

Los gritos, saltos y festejos del alemán al salir al balcón del podio no eran para menos, ganó una de las asignaturas que tenía pendientes e hizo que su público tuviera una alegría más. Ganó su carrera número 30 como piloto de Fórmula Uno, se despegó nuevamente a 34 puntos de Alonso y podrá dormir tranquilo las próximas semanas.

En la batalla por adjudicarse el campeonato de pilotos, Fernando Alonso no pudo hacer más, rozó el podio, ocupó el cuarto puesto y al final se quedó sin gas para más. En lo que a nuestros compatriotas respecta, Sergio Pérez logró terminar la carrera en octavo puesto con muchos altibajos en su monoplaza y Esteban Gutiérrez nuevamente quedó fuera de los primeros diez lugares.

Las cosas empezaron movidas, aunque en la novena vuelta las llantas volvieron a ser un problema, pero no por el desgaste o por un reventón. Mark Webber entró a los pits, antes las prisas el piloto tuvo algún problema con su neumático trasero derecho, el cual nunca estuvo bien colocado, salió volando y desafortunadamente golpeo a un camarógrafo que se encontraba filmando el trabajo de la escudería Mercedes.

Desde la vuelta 19 y tras ser rebasado por Kimi RaikkonenHamilton acusó problemas con los neumáticos y se enfrascó en una batalla con Fernando Alonso que duró cuatro vueltas. El español venía detrás, intentaba rebasar por derecha, por izquierda, cortando las curvas y no podía con el británico, hasta que en la vuelta 23 las llantas no pudieron más y tuvo que entrar a pits, así el piloto de Ferrari tuvo el espacio para el rebase.

La cosa literalmente se puso candente en el giro 23 para Jules Bianchi, se incendió la parte trasera de su coche, el piloto bajó inmediatamente por su propio pie, el incidente no pasó a mayores. Salió de inmediato la bandera amarilla, llegó la grúa para remolcar el auto y al parecer el Marussia se puso necio, sin conductor comenzó a ir en reversa y cruzó la pista de lado a lado poniendo en riesgo a otros pilotos. Algo que seguro vamos a recordar mucho tiempo.

En la lucha por el primer lugar se encontraban Vettel, Grosjean y Kimi en el principio de la segunda mitad de la carrera, uno de ellos marcaba récord y otro le respondía de nuevo con la misma moneda, la velocidad no bajaba, nadie podía ceder ni un segundo si querían terminar con más puntos.

Al parecer tras la salida del Safety Car la carrera fue otra. Los duelos individuales seguían dándose, uno de ellos era el de Nico Hulkenberg quien se defendía muy bien del hombre dueño de la Pole Position, Hamilton. El alemán y sus gomas no soportaron la presión incesante del inglés y en la vuelta 38 se acabó ese duelo al ser llamado a pits por un repuesto.

Las últimas vueltas nos regalaron una verdadera película de lo que ha sido el campeonato. Vettel recuperó el liderato, perseguido a 1.8 segundos por Grosjean y más atrás por Raikkonen y Fernando Alonso, nadie daba señales de debilidad, en los cinco giros finales, el finlandés rebasó a su coequipero y piso como pocos los talones del tres veces campeón.

Red Bull tuvo confianza en su monoplaza y se la transmitió a su piloto estelar. Raikkonen ya no pudo hacer más y se quedó a un segundo del tan ansiado rebase. Nos espera una gran carrera en Hungría el próximo 28 de julio, estos tipos no sin lugar a dudas nos seguirán sorprendiendo, es la mitad del calendario y nada está resuelto.

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