Cámaras del Gobierno de la Ciudad de México grabaron el momento justo en el que cuatro uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública secuestraban a una comerciante china, mientras la jalaban de los brazos y fingían haberla detenido.
Este incidente ocurrió el pasado 8 de abril a las 14 hrs en las calles del Centro Histórico. El móvil de la privación de la libertad Xian, la mercader proveniente de China, fue apoderarse de 441 mil pesos con los que la vendedora asiática contaba.
De acuerdo con Reforma, tres de los oficiales implicados en este plagio —de nombres: Fidel, Elizabeth y Paul Isaac, pertenecientes al Sector 52 o Grupo Puma— fueron detenidos por agentes de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, mientras que el otro probable responsable no ha podido ser localizado.
Y ya durante el juicio, ocurrieron cuantiosas anomalías, entre las que se encuentran el supuesto intento de soborno a un testigo del secuestro —a quien querían pagarle 40 mil pesos para no declarar, mismos que rechazó— e intimidación por parte de un oficial que no fue requerido en las audiencias, pero que de todas maneras acudió:
ARMADO Y ACOMPAÑADO CON OTROS ELEMENTOS DE LA POLICÍA, AGUARDANDO AFUERA DEL JUZGADO.
En su contra pesan evidencias como el reconocimiento que la propia Xian ha realizado en contra de sus captores, fotografías de la camioneta en la que la secuestraron —y que más tarde estacionaron en su cuartel— además de que faltaron a su trabajo después del plagio.
Al menos esta no fue una historia de impunidad —como tantas que pululan en nuestro sistema penal— ya que en el Ministerio Público decidieron consignarlos por secuestro exprés —con la agravante de ser servidores públicos— y también se les dictó auto de formal prisión.
¿Qué opinión les merecen las corporaciones policiacas? ¿Confían en los oficiales de policía?