En el informe que AMLO dio en contexto del segundo año de gobierno —el 1º de diciembre en Palacio Nacional—, el presidente aseguró que las fuerzas armadas ya no cometían masacres, tampoco remataban o ejecutaban a los heridos en enfrentamientos. Sin embargo, aunque durante este aún joven sexenio Andrés Manuel López Obrador ha dicho que el Ejército ha dejado las viejas prácticas que implicaban violaciones a los derechos humanos en el ejercicio de las tareas de seguridad pública, hay otros datos.

¿Cuáles? El equipo de Intersecta —una organización dedicada a la investigación y promoción de políticas públicas para la igualdad— encontró que el discurso de AMLO está un poco lejos de la realidad, al menos de acuerdo con datos de la propia Sedena (Secretaría de Defensa Nacional).

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Foto: Cuartoscuro.

El Ejército, civiles y decesos en enfrentamientos

“Agradezco el respaldo incondicional de los soldados y marinos de México, que nos han ayudado en las labores de seguridad pública. Nos han ayudado en la protección de instituciones estratégicas, en la noble aplicación de los planes de sismos, inundaciones, pandemias y otras calamidades“, dijo AMLO en su discurso del 1º de diciembre de 2020.

Y si bien el Ejército y la Marina han sacado la casta para ayudar a la población en emergencias como las inundaciones en Tabasco o la pandemia de COVID-19, es importante saber que el gobierno de Obrador tiene un pendiente que resolver: las consecuencias de la participación del Ejército en tareas de seguridad pública —función a la que originalmente no estaba destinado y hasta AMLO prometió regresarlo a los cuarteles.

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Foto: Cuartoscuro.

Ya con este pendiente en la mira, va el dato importante: el uso de la fuerza y las muertes de civiles en enfrentamientos con el Ejército ha ido en aumento en los dos años de gobierno de la 4T —luego del descenso que se registró con EPN y el momento más complicado y de crisis que hubo con Felipe Calderón.

Aumenta el número de muertes en enfrentamientos

De acuerdo con Intersecta, entre 2007 y 2019 se han registrado tres mil 998 civiles detenidos, cuatro mil 809 civiles fallecidos y 697 civiles heridos —en enfrentamientos con las fuerzas armadas.

Del lado militara, se han registrado mil 661 heridos y 284 militares fallecidos.

A partir de estos datos, Intersecta calculó la tasa de letalidad del Ejército en los enfrentamientos y halló que en 2018 y 2019 el número de civiles muertos aumentó, si se compara con el número de detenidos o por cada militar fallecido.

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Foto: Cuartoscuro.

La tasa de civiles fallecidos por cada civil detenido fue de 1.2 en 2018 y 1.4 en 2019 —como ven hay un aumento entre estos años pero el problema no se queda ahí.

En el sexenio de Felipe Calderón esta tasa alcanzó su máximo. Sólo basta observar los datos de Intersecta para ver el impacto (negativo) de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública en contexto de la Guerra contra el narcotráfico:

En 2010 la tasa era de 1 a 1, luego en 2011 fue de 1.4 y en 2012 la tasa de fallecimientos tocó su punto más alto con 1.9 civiles fallecidos por cada detenido.

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Foto: Cuartoscuro.

Ya con EPN la tasa fue en descenso hasta lograr su punto más bajo en 2017 con 0.7. Pero con AMLO hubo un repunte.

Va de nuevo: en 2018 la tasa fue de 1.2 y en 2019, de 1.4.

Ahora bien, si se compara la tasa de civiles fallecidos por cada militar fallecido en los enfrentamientos, en 2018 la tasa fue de 16.9 y en 2019, 17.9, después de tres años consecutivos en la disminución de estos casos (los más rudos se registraron en el sexenio de Calderón, llegando hasta 32.4.

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Al mirar estas cifras y llevarlas al ámbito social, el análisis de Intersecta pone en la mesa la necesidad de que el gobierno de AMLO garantice la capacitación de militares y marinos para que apliquen los protocolos de derechos humanos.

Porque va de nuevo: AMLO ha dicho que ya no hay ejecuciones ni masacres por parte de las fuerzas armadas, pero el registro de personas fallecidas en enfrentamientos dice lo contrario —eso y los casos que se han revelado como el de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en julio pasado, cuando el Ejército ordenó disparar a un civil, tras un enfrentamiento.

Si quieres conocer a detalle el análisis de Intersecta —La Sedena y su creciente abuso de la fuerza, publicado en Animal Político—, AQUÍ te dejamos el enlace.

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