Ya había un antecedente: en 2018 el equipo de Aristegui Noticias publicó una investigación sobre el uso de empresas fantasma y el encarecimiento de una barda en el extinto Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) —presuntamente por la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional). Y este 25 de agosto regresó la sombra de las facturas y las simulaciones fiscales relacionadas con el ejército mexicano.

De acuerdo con la investigación de El País “El Ejército mexicano desvió 156 millones de dólares a empresas fantasma entre 2013 y 2019”, la Sedena es una de las dependencias que recurrió a las factureras —las compañías que emiten comprobantes fiscales que dan fe a operaciones simuladas o inexistentes— durante el gobierno de EPN y un cachito de AMLO.

Según información de El País, en este periodo distintas áreas de la SEDENA pagaron 2.371 millones de pesos —algo así como 156 millones de dólares— a 250 empresas que luego fueron declaradas como fantasma por el SAT (Servicio de Administración Tributaria). ¡Zas!

Lo peor de todo es que ningún alto mando responsable de estos rollos ha sido sancionado, de acuerdo con la propia Sedena.

Las facturas y SEDENA

Las facturas corresponden a los bienes y servicios contratados por el ejército para sus muchachos e instalaciones del Heroico Colegio Militar, el Museo Nacional de la Cartografía, un parque eólico ubicado en el Itsmo de Tehuantepec, el cine del Centro de Atención Social para Militares Retirados, el Campo Militar 37-D en Santa Lucía, la Escuela Militar de Sargentos, la Dirección General de Administración y hasta el extinto NAIM de Texcoco.

Eso no es todo. La SEDENA también facturó con las empresas fantasma en obras de carreteras y caminos rurales que conectan con sus cuarteles o los trabajos de mantenimiento en sus instalaciones —cafeterías, centros deportivos, invernaderos, estacionamientos y hasta hospitales militares.

Foto: Cuartoscuro.

Tan sólo en el asunto de los hospitales, el dinero desviado ascendió a 115 millones de pesos por supuestos insumos y servicios clínicos entre 2013 y 2018.

Y va de nuez: se trató de una red que operó para simular que los recursos públicos se invertían en estas obras y servicios. Una de las empresas que facturó con más lana con la Sedena fue Construglobal de Chiapas.

Foto: Cuartoscuro.

Y resulta que esta compañía “trabajó” con el ejército entre 2013 y 2014. Por la renta de maquinaria de construcción para la unidad habitacional militar de Cintalapa, Chiapas, recibió 312,7 millones de pesos.

El NAIM y la famosa barda

Sólo para recordar la aventura del ejército con el NAIM Texcoco, en este proyecto se hallaron 168 facturas falsas en los servicios subcontratados por el ejército para la construcción de una barda, camino perimetral y pista seis.

Los servicios contratados fueron desde soldaduras, la supervisión de tuberías, renta de oficinas móviles o el suministro de materiales —con gastos de 184,1 millones de pesos.

Y aquí la Sedena hasta contrató a una compañía que ya había sido señalada como empresa fantasma en 2017. Se trata de Comercializadora en General Hercalop —luego, en 2018 esta empresa fue declarada como simuladora de operaciones por parte de las autoridades.

Un alto a las facturas y empresas fantasma

En lo que va del sexenio de AMLO, sólo hay constancia de dos facturas sospechosas emitidas por la Constructora Mendoza López y por un monto de 1,1 millones de pesos cada una.

Sin embargo, ahora con la chamba del SAT para descubrir la red de facturas y operación de empresas fantasma, la operación de la Sedena con este tipo de compañías ha disminuido. Sin embargo, hasta la fecha sólo cuatro militares han sido sancionados por la operación de las empresas fantasma, mientras que aún hay dudas sobre cómo procederá el ejército para investigar estos casos de desvíos millonarios de recursos.

Foto: Cuartoscuro.

Si les interesa echarle un ojo a detalle a la investigación de El País, AQUÍ les dejamos el enlace.

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