Desde enero del 2016, el reglamento de tránsito de la Ciudad de México, contempla que si un conductor es detenido y no tiene seguro de responsabilidad civil que proteja a terceros, le toca multa y le van a guardar un rato su coche. También, si ya tuviste la puntada de terminar en el depósito de automóviles, tienes que presentar la prueba de que tienes el seguro; si no lo tienes, ni sales del corralón y de todas maneras te toca el multón.  Sin embargo, al grito de “¡Viva México!”, una maña se está popularizando en la capital: los seguros patito.

De acuerdo a Reforma, para evitar pagar las infracciones y poder sacar el coche sin broncas de los corralones, afuera de los depósitos de la CDMX se venden seguros irregulares e inservibles; pero eso sí, de a 200 o 300 pesitos.

¿Cómo funcionan? Al contratar el seguro, supuestamente, tienen un día o un mes —dependiendo cuánto desembolsaron— de cobertura para lo que suceda. Entonces, los policías y encargados de operar el corralón los dejarán salir sin problemas; obvio, después de haber pagado la multa por la que acabaron ahí originalmente.

Sin embargo, aunque ofrecen cobertura material y de terceros, al llamar a los teléfonos nadie te responde. Es más, las dos empresas que ofrecen estos seguros no están registradas en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, ni la Condusef las ubica como empresas.

La investigación de Reforma se aventó a comprar unos de estos seguros para comprobar sus irregularidades. Primero, por Metro Velódromo puedes conseguir un seguro improvisado por 200 pesos, pero la empresa que aparece ahí —que se llama, Lidnorte, A.C— es una empresa de transporte público.

Si los agarran en el corralón del Zarco por Aragón, tienen la opción de pagar 300 pesos para “asegurarte” con una póliza que solo le falta decir “Quack”.

*Foto de portada: El Universal

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