Ha dejado de ser Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ahora será Comunicaciones del Bienestar… ahh, no es cierto. Pero, ¿a poco no parece imposible que se les haya ocurrido? Digo, si ya hay una Secretaría del Bienestar y una cosa que se llama Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado…
Ya, en serio: ayer, el Senado de la República aprobó cambiarte de nombre a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Con 100 votos a favor y sólo una abstención, los legisladores dieron luz verde para que la dependencia ahora sea conocida como Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
De acuerdo con los senadores, lo anterior no quiere decir que la mencionada secretaría tendrá más atribuciones. No. Lo que se hizo fue incluir en el nombre de la dependencia los atributos que ya le corresponden. Ya que, si buscamos la “misión y visión” de la secretaría, notaremos que se incluye velar por la infraestructura del país:
“Ser una dependencia eficiente en su gestión rectora del Sector, que garantice al país infraestructura de comunicaciones y transportes moderna y suficiente, que promueva la prestación de servicios de calidad y competitivos, que responda a las expectativas de la ciudadanía y a las tendencias de la globalización, contribuyendo con ello al desarrollo sustentable del país, preservando el medio ambiente y la seguridad”.
Este cambio de nombre fue iniciativa de la senadora de Morena, Mónica Fernández Balboa, quien no tuvo otra cosa mejor que hacer, digo… quien, en representación de las comisiones de Gobernación y Estudios Legislativos indicó que esto tiene como objetivo especificar qué competencias tiene el titular de la antes Secretaría de Comunicaciones, Jorge Arganis Díaz.
Y bueno, así como el cambio de nombre no afectará o incrementará las funciones de la dependencia, tampoco incidirá en la creación de unidades administrativas, nuevas plazas y, por lo tanto, tampoco en el presupuesto que se le asignó para el presente ejercicio fiscal. De acuerdo con Excelsior, el cambio de nombre tampoco contempla destinos específicos del gasto público. Nomás se cambio el nombre para que se hiciera referencia a algo que es de su competencia desde siempre.
