Parece ser que es el fin del tradicional: “así ya estaba, jefe”.
Uno de nuestros miedos, cuando le das las llaves de tu carro a un desconocido –o sea, el del valet parking-, es ver en qué condiciones te lo regresarán –bueno, primero si es que regresa-, ya que sabemos que el cuidado de lo ajeno no es su fuerte. Pero eso parece haber llegado a su fin, porque ahora las empresas que presten el servicio de acomodar carros se verán obligadas a contratar un seguro de responsabilidad o fianza que garantizará el pago de daños a vehículos.
Lo anterior fue aprobado por la Asamblea Legislativa en respuesta a una propuesta de reforma a la Ley de Establecimientos Mercantiles (una de tantas tendría que ser para algo bueno), en la que se establece que de no cumplirse con la ley, las mencionadas empresas se podrían hacer acreedoras a multas que van de los 126 hasta los 350 días salarios mínimos.
De acuerdo con los asambleístas, esta reforma surgió de ver que en el DF el bello arte de hacer que el cliente no tenga que preocuparse por estacionarse está muy devaluado: en primera, si llegan a hacerle un rayón al auto encomendado –en el menor de los casos- nadie se hace responsable del daño y, en caso de que el cliente quiera emprender una acción legal, la cosa se complica, ya que las empresas que prestan el servicio de valet la mayoría de las veces desconoce relación laboral con los empleados.
Así que ahora los servicios de valet parking se verán obligados a proporcionar un recibo que hará constar el seguro al que están adscritos, el nombre del inmueble en el que se entrega el vehículo y la hora en que se hace, además de la razón social de la empresa… así de menos ya sabes a quién mentársela en caso de que no te paguen el daño causado.