Cuando pensamos en el voto de la mujer, no dudamos ni por un segundo que se trata de un derecho irrevocable y que ya está garantizado desde el momento en que cumplimos 18 años. El voto nos permite elegir en igualdad —o al menos, esa es la apuesta de la democracia mexicana. Sin embargo, no siempre fue así. Para llegar a este momento, generaciones de mujeres han tenido que luchar durante más de dos siglos.

Desde el México independiente, antes, durante y después de la Revolución Mexicana y hasta en el aún joven siglo XXI; han aparecido cientos de mujeres que lucharon para que la nación vele tanto por los derechos de los hombres como de las mujeres. Y el voto ha sido una de las victorias que las mujeres han logrado tras innumerables batallas.

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Foto: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México-SEP.

¿Participar en la política? ¿por qué no?

Alejándonos un poco del mito que construyó el PRI, la historiadora Patricia Galeana cuenta en el artículo “Un recorrido histórico por la revolución de las mujeres mexicanas” que en los primeros años de independencia, un grupo de mujeres zacatecanas se lanzó al Congreso Constituyente de 1824.

¿Para qué? El grupo exigía participar en la toma de decisiones políticas. Se trató de la primera ola que antecedió al movimiento sufragista y que empujó lo suficientemente fuerte para que otras mujeres —en la época de Reforma— cuestionaran por qué no podían participar en la construcción de la vida política.

El 19 octubre de 1873, se publica en México «Las hijas del Anáhuac», uno de los primeros periódicos escrito y dirigido por mujeres. Recupera la memoria periodística desde el género y hace visible la participación activa de las mujeres en esta profesión.
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— Memoria de México (@memoriademexico) October 19, 2019

Las sufragistas

Obreras, campesinas, indígenas, maestras, enfermeras y periodistas. Todas formaron parte de un movimiento que antecedió a la Revolución Mexicana —desde las entrañas de las minas, fábricas, siembras y posteriormente en los clubes políticos.

Las mujeres comenzaron a organizarse con el objetivo de derrocar la dictadura de Porfirio Díaz, conseguir la mejora de los salarios y, por supuesto, la obtención del sufragio. ¿Cómo?

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Foto: Getty Images.

A través un movimiento feminista que utilizó como medio las revistas y los periódicos para hacer llegar su voz a los ciudadanos y las ciudadanas. Las publicaciones de Las Hijas del Anáhuac (1873) y del periódico Violetas del Anáhuac (1887) —el último fundado por la periodista Laureana Wright González— daban santo y seña de los avances feministas en otras partes del mundo.

Muchas mujeres también participaron en las rebeliones en fábricas y textiles. Algunas fueron dirigentes de la Huelga de Río Blanco.

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Foto: @INEHRM

¿La recuerdan? En 1907, los obreros y las obreras de la fábrica de hilados y tejidos de Río Blanco, en Veracruz, se rebelaron para exigir mejores condiciones de trabajo y que Don Porfirio dejara de tirarle paro a los dueños de las fábricas —que en la mayoría de los casos eran extranjeros.

En esta huelga —conocida como la lucha que antecedió a la Revolución Mexicana—, las mujeres resultaron ser una pieza clave. Conforme pasaba el tiempo, las obreras, maestras y periodistas organizaron clubes antirreeleccionistas o participaron en organizaciones anarquistas, antiporfiristas y maderistas.

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Hermila Galindo. Foto: Milenio.

El Club Ponciano Arriaga o el grupo de Admiradoras de Juárez fueron sólo un par de ejemplos. En este último, colaboró la mujer que llevaría la exigencia del derecho al voto al Constituyente: Hermila Galindo.

El voto de la mujer en el Constituyente

Hermila Galindo no fue la única mujer que llevó la exigencia del voto ante el nuevo orden. Antes, la profesora anarquista Juana Belem Gutiérrez de Mendoza llamó a Francisco I. Madero para que abriera paso al sufragio y las reivindicaciones civiles y laborales de las trabajadoras.

Las sufragistas argumentaron, ante la victoria de Madero, que la Constitución NO especificaba el sexo de los votantes. Sin embargo, esto no sirvió para que los maderistas incorporaran las demandas de las mujeres feministas.

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Foto: @CENAGAS_mx.

¿Qué sucedió después? Ya lo saben, Madero fue traicionado y se alzó una revuelta entre villistas, zapatistas, huertistas y carrancistas.

Pasaron un par de años más hasta que llegó el Constituyente de 1917. Estaba por ser creada la Constitución que ahora nos rige y mientras eso sucedía, Hermila Galindo —en ese entonces secretaria particular de Venustiano Carranza— intentó hacer pasar el sufragio para las mujeres.

No lo logró.

1955

La Revolución Mexicana le falló a las mujeres. Para seguir en la lucha, se creó el Centro Femenino de Estudios Sociales (1918) y se convocó al Primer Congreso de Yucatán. La labor local de las feministas continuó en estados como San Luis Potosí, Chiapas y Yucatán para que se aprobara el sufragio.

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Foto: @memoriademexico -Mediateca INAH.

En los estados mencionados se logró —en la década de los 20— pero no duró por mucho tiempo. La mayoría de los políticos decía que las mujeres no merecían el voto porque lo ejercerían bajo la influencia de la Iglesia o su marido. Además, de acuerdo con los legisladores, las mujeres no necesitaban votar porque en su lugar lo hacían los hombres.

Estas ideas no desanimaron al movimiento, que empujó hasta el gobierno de Miguel Alemán el decreto para que las mujeres participaran como votantes y candidatas en las elecciones municipales.

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Foto: www.gob.mx

Esto sucedió en 1947 pero no fue para nada un paso certero. Lo bueno llegó en 1953, cuando después de haber comprometido su campaña, Adolfo Ruiz Cortines promulgó las reformas para que las mexicanas pudieran ejercer su voto, el 17 de octubre para ser exactos.

En 1955 se puso a prueba este ejercicio y por primera vez las mujeres participaron en una elección federal.

Si bien hemos escuchado que el padre de la democracia es Francisco I. Madero; lo cierto es que los fundadores y las fundadoras de la democracia tienen otros nombres. Y la verdadera lucha se basó en un movimiento feminista para todos y todas.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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