Nadie puede negar que son una delicia, que nos hacen el día ya sea en el desayuno o en la cena, en forma de torta —la famosa guajolota— o envueltos en sus hojas calientitas acompañados de un buen atole. Los tamales son uno de los alimentos más icónicos de México y también es de los preferidos. Y al igual que su sabor, la historia del tamal está llena de elementos increíbles.

Por acá aprovechamos este texto para contárselas, de manera breve, pero esperando que este recorrido nos dé una mejor idea que aunque sea algo bien cotidiano, los tamales tienen su magia.

Foto: Graciela López-Cuartoscuro.

Tamalli

El tamal tiene su origen en las antiguas culturas mesoamericanas y su nombre lo conocemos por la palabra náhuatl tamalli, que significa “envuelto”.

Su elaboración se fue diversificando con el paso de los siglos. Lo que comenzó como un trozo de masa con mayor firmeza combinada con calabaza, chile yelotitos se convirtió en un platillo más elaborado que contiene carne de cerdo, pollo, salsas o es envuelto por una diversidad de hojas que van desde el maguey o plátano y bueno, hasta se utiliza el aluminio para poder mantenerlos calientitos.

“Mujeres purépechas elaboraron tamales de carne y atole de pinole para ofrecer ofrenda a los vecinos que visiten el altar de su familiar (Santa Fe de la Laguna, Michoacán)”. Foto: Graciela López-Cuartoscuro.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural nos cuenta que el tamal era una ofrenda para agradecer a la Tierra por su fertilidad y se comía en las grandes fiestas.

Al igual que hoy, los pueblos originarios también lo preparaban para eventos sociales importantes o como para las personas fallecidas.

De hecho, el famoso dicho “nos dieron atole con el dedo” hace referencia a que en esta época, cuando la gente estaba preocupada porque no llovía, mejor les preparaban unos buenos tamales y atole.

Encuentro de dos mundos

Con la llegada de la Corona española, la Conquista y lo que conocemos como el encuentro entre dos mundos, el tamal también fue modificándose, en una especie de mestizaje culinario y llegó a ser documentado por fray Bernardino de Sahagún en la Historia General de las Cosas de la Nueva España —además de ser replicado en el recetario de Sor Juana Inés de la Cruz con los tamales de frijolitos.

“Cocina azteca, de la Historia General de las Cosas de la Nueva España de fray Bernardino de Sahagún”. Foto: Getty Images.

Poco a poco a los tamales se les fue agregando que la manteca, la carne de cerdo y hasta se intentaron crear nuevos sabores, remplazando —no del todo— la calabaza, los quelites, el chile o los elotes.

Foto: Graciela López-Cuartoscuro.

¿El resultado?

Una gran diversidad

Si bien el origen del tamal aún no se ha atribuido a una cultura prehispánica específica, lo cierto es que su preparación se extendió por todo América —en especial México, Chile, Bolivia y toda Centroamérica. Por ACÁ, aprovechando el viaje, les dejamos un texto sobre los primos de los tamales mexicanos en el mundo.

Es por esta razón que encontramos una diversidad de preparaciones más allá de nuestro país.

Foto: Isaac Esquivel-Cuartoscuro.

De acuerdo con la Secretaría de Cultura, de toda esta diversidad podemos identificar dos tipos de tamales según la hoja en que son envueltos:

Están los de hoja de plátano de las zonas tropicales y los envueltos en las hojas de mazorca de maíz, los totomochtli.

Foto: Getty Images.

También podemos encontrar tamales envueltos en hojas verdes de elote, chilaca, papatla o de la planta del maíz y los famosos mixotes, que son los “envueltos en el pergamino que forra la penca del maguey”. Y claro, la clásica guajolota mañanera.

Y el pilón: ¿con cuánto le entramos?

De toda esta variedad que les contamos, se conocen al menos 500 recetas a base de tamales tan sólo en México. De estas se desprenden entre tres y cuatro mil preparaciones ahora sí que hechas al gusto de cada familia o el ingenio de cada quien.

Foto: Victoria Valtierra-Cuartoscuro.

Y nada más para que calemos la importancia del maíz, al año un mexicano o una mexicana consumen 335 kilogramos de este grano —y del consumo también se desprenden los maravillosos tamales.

¿Existen otros? Estos son ‘los primos’ de los tamales mexicanos en diferentes países del mundo

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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