¡Gracias, internet! habría que decir antes de comenzar a hablar de lo que pasó anoche en el Auditorio BlackBerry durante la presentación de Tash Sultana.

Si no fuera porque hace un par de años alguien demasiado inteligente compartió al mundo el talento de la australiana a través de un video que se hizo viral, tal vez muchos no habríamos salido alucinados anoche después de tan increíble concierto. ¿Qué hizo que el mundo -o al menos algunos- se enamoraran de ella? Que es ella… que se deshace tocando su guitarra y demuestra su sensibilidad en sus letras.

Foto: Jimena Palacios

Anoche, con un auditorio completamente lleno (porque sí, fue sold out), Natasha “Tash” Sultana, hizo su aparición por primera vez en México… y nos ofreció un concierto para recordar.

¿Puede una sola persona volver locas a más de 3 mil personas? Tash puede… y lo hizo. Recién pisó el escenario, el público se mostró eufórico y ansioso de escucharla. Esto pese a que, a conocimiento de muchos, no tiene -aún- un gran repertorio de canciones públicas, pero, ¿quién pensaría que tan solo 6 canciones serían suficientes para hacer arder el auditorio?

Foto: Jimena Palacios

Claro que recurrió a improvisaciones y extendió sus canciones, pero los minutos de más valieron toda la pena. Tash nos demostró que no sólo la guitarra es su fuerte, sino que además la trompeta y la flauta se fusionan de manera perfecta a su trabajo.

“No hablo español”, nos dijo, y al público no pareció importarle… pero nos dio un mensaje de amor y tolerancia: “If you are racist, go fuck yourself. If you are homophobic, go fuck yourself… but if you’re trans or whatever, you’re welcome” (Si eres racista, púdrete. Si eres homofóbico, púdrete… pero si eres trans, o lo que sea, eres bienvenido)… y claramente la ovacionamos.

Foto: Jimena Palacios

Estábamos entrados en sus cuerdas, cuando de repente se detuvo para hablarnos de amor… El ambiente se tornó tranquilo, inmóvil, ella tomó su guitarra y comenzó a tocar. Al principio no pudimos identificar de qué canción se trataba, luego, después de varios minutos, empezamos a reconocer los acordes… “I hear the birds when they’re singing. I hear the sirens when they’re ringing. But I can’t take my mind of you…” cantó con su voz rasposa esa pieza que la llevó a ser reconocida en todas partes. “Sinergy” y “Gemini” también formaron parte del setlist.

Durante hora y media, Sultana nos comió vivos. Su energía en el escenario nos subió a todos a una montaña rusa en donde la velocidad la definió su guitarra, y en momentos, nos deteníamos para admirar esa sincera sonrisa suya. “Jungle” fue su última canción y puedo asegurar que la piel de todos se erizó cuando, sabiendo que iba a despedirse, se desató en sus cuerdas, comenzó a agitar su cabello mientras mantenía los ojos cerrados.

Foto: Jimena Palacios

Una vez terminado su show, no se escuchó de ninguno de los asistentes queja alguna. Todos parecían haber estado un mundo totalmente diferente. “Estuvo cabrón, ¡qué mujer!”, “No mames, neta la amo. Fue un sueño”, “Gracias, gracias por traerme. Me gustó mucho”… e infinidad de buenos comentarios más se dejaron llover para la cantante.

Tash es, sin duda, alguien a quien no hay que dejar de seguirle la pista. Una mujer que demostró que el talento y las ganas de hacer música, rompen fronteras.

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