Hubo en la historia una canción lo suficientemente transgresora como para hacer enojar a Putin, ese hombre al que no le cambia el gesto por nada y que ha sido el centro de la política internacional en los últimos años. La canción en cuestión fue la «oración punk» del controvertido grupo Pussy Riot y, desde que fue tocada, el mundo no volvió a ser el mismo.

Fue el 21 de febrero del 2012 en Moscú, cuando cuatro mujeres vestidas con colores incendiarios se pararon en el centro de poder de la religión ortodoxa de la capital: la Catedral de Cristo Salvador. Ahí, se subieron al altar y ejecutaron una «oración punk» con la que denunciaron la dominación masculina, el capitalismo, la relación entre el Estado y la religión y se declararon en contra del regreso de Vladimir Putin al poder.

La canción tuvo gran resonancia y el 4 de marzo de ese año (justo el día en el que Putin regresó al poder por tercera ocasión) Maria Alyokhina, Nadezhda Tolokonnikova y Yekaterina Samutsevich, integrantes de la banda y colectivo feminista Pussy Riot, recibieron una condena por profanación y vandalismo.

Después, todos sabemos lo que pasó, el encarcelamiento, el traslado de Tolokonnikova a Siberia en la clandestinidad, los abusos, su excarcelamiento antes de las Olimpiadas de Sochi como gesto de Putin al mundo, el cual hizo para dar una buena impresión, y la decisión de dos de ellas de volverse activistas en pro de los derechos humanos, específicamente, en defensa de las personas encarceladas en el régimen de Putin. Apenas esta semana fueron detenidas una vez más, en Sochi. Como ven, su historia es muy interesante, pero lo que más llama la atención es el fuerte impacto que han tenido internacionalmente.

Las Pussy Riot son parte de lo que aparece al mundo como un «nuevo despertar» de la sociedad rusa Este nuevo despertar es un movimiento en el que se inscriben los activistas homosexuales que piden por sus derechos humanos en la nación que los aplasta constantemente y los intelectuales que piden por una libertad de expresión que no se vea mermada por las leyes contra la «difamación» o el «insulto religioso».

El filósofo Slavoj Zizek aporta una explicación al fenómeno en una carta que publicó The Guardian y que él pensador dirige a Nadezhda:

«Aparentemente la gente no las sigue, pero secretamente les creen, saben que están diciendo la verdad, o más aún, que están peleando por la verdad»

El día de hoy les recomendamos Pussy Riot: una plegaria punk, documental de Mike Lemer y Maxim Pozdorovkin, en el que se acercan a estas mujeres, mujeres radicales, inteligentes, inspiradoras y nuevos íconos en el ideario contestatario. El documental muestra desde la preparación de su performance  «profano», hasta los último días del juicio contra ellas, destacando su lucha por una verdadera transformación, en un tiempo de descontento social y urgencia de cambio.

La película cuenta con escenas incomparables y material exclusivo que ayudan a dar un matiz diferente a la historia de las tres mujeres que luchan contra el sistema de justicia. Y mientras las tres chicas defienden sus convicciones desde una jaula, el resto de sus compañeras planean nuevos actos de guerrilla e incitan un movimiento de protesta mundial.

Así, el video muestra cómo las fuerzas políticas y religiosas planearon castigar de manera ejemplar a estas tres mujeres que decidieron insubordinarse.

Ambulante nos trae este increíble film, el cual podrá ser visto el 19 de Febrero a las 7 pm en el Centro Cultural Acapulco, en Acapulco, Guerrero.

Así que, sopicuates que estén por allá, ¡Vayan! La entrada es libre 🙂  .

 

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