The New York Times publicó una investigación que revela los métodos de Wal-Mart de México para construir sus establecimientos: enormes sobornos, violaciones a la ley, destrucción de las pequeñas empresas y toda una serie de argucias legales que la empresa ha llevado a cabo en los últimos años.

En Teotihuacan, antes del 2003, las autoridades habían decidido que no permitirían las construcción de comercio alrededor de las pirámides pues intentaban mantener libre la zona de acceso. Dentro de los planos que prohibían el desarrollo de grandes comercios se encontraba el terreno perteneciente a Elda Pineda.

El terreno, que se encuentra alrededor de un kilómetro de las antiguas pirámides, era perfecto para que Wal-Mart construyera uno de sus almacenes: Wal-Mart calculó que podía captar hasta 250 clientes por hora en una zona tan transitada y llena de extranjeros.

La empresa estadounidense no podría entonces empezar la obra, de acuerdo con los permisos de construcción de la zona. Sin embargo, la ley no fue un obstáculo para Wal-Mart.

Saúl Martínez, empleado de la oficina de desarrollo urbano de Teotihuacan recuerda haber recibido una petición por parte de la empresa, sin embargo, les dijo que los permisos de construcción habían cambiado y que no podía ya construirse cerca de las pirámides: “vayan a buscar a otro lugar” les dijo a los representantes de Wal-Mart.

Primero Wal-Mart intentó edificar legalmente al tratar de construir una entrada a través de una franja entre el terreno de Pineda y la avenida Hidalgo en dónde sí se permitían negocios. Sin embargo, no recibió los permisos para construir esa entrada a pesar de pelear por meses.

La empresa entonces intentó métodos más coercitivos para la construcción. El diario estadounidense asegura que la administración de Teotihuacan apresuraba el proceso para delimitar las zonas de contrucción pero Wal-Mart no hizo nada en los días previos, no volvió a consultar con las autoridades, no movió un dedo, como si supiera algo que los demás no; lo que sí hizo fue estudios de suelo y mapeo aereo en la zona, sí, semanas antes de que se publicara el mapa en la gaceta.

Luego de que las autoridades de Teotihuacan hicieron el mapa, lo mandaron a la Oficina de Desarrollo Urbano y Regional en Toluca, en donde debía ser aprobado para su publicación en la gaceta oficial. Hasta este punto Wal-Mart seguía sin poder construir, su única esperanza era que en Toluca rechazaran el mapa y tuvieran oportunidad de presionar, sin embargo, fue aprobado en Toluca y se publicó en la gaceta pero, sorpresa, en el mapa publicado, el terreno de Pineda tenía permisos de construcción de negocios.

Wal-Mart de alguna manera logró sobornar a alguien para que a última hora (ya en Toluca) se modificara el mapa y cambiaran así los permisos: “una operación quirúrgica” dijo Alejandro Hereida uno de los consultores que ayudó a crear el primer mapa.

Ésta es sólo una de las argucias que Wal-Mart ha aplicado para lograr construir a pesar de medidas de sanidad o de desarrollo que no se lo permiten. El diario, por ejemplo, también informó que la empresa habría pagado 314 mil dólares en sobornos para construir un Sams Club cerca de la Basílica de Guadalupe, sin contar con  permiso ambiental, evaluación de impacto o de tráfico vehicular.

Wal-Mart ha pagado en los últimos años hasta 24 millones de dólares en sobornos para construir en nuestro país.

La sede estadounidense inció un proceso de investigación que sin embargo fue detenido en el 2006.

Ante la publicación de la investigación en el New York Times, los voceros de la empresa afirmaron que “se reestructuró el área responsable del proceso de solicitudes de otorgamiento y renovación de licencias y permisos, y se contrataron los servicios de expertos reconocidos para fortalecer el programa anticorrupción”.

Wal-Mart ocupa el lugar 19 de las 100 economías más poderosas del planeta (es más rico que Suecia, Noruega y Arabia Saudita); es la mayor compañía de ventas directas al consumidor en Estados Unidos, Canadá y México. En nuestro país posee el 54% del mercado total: es dueña de Bodegas Aurrerá, Superama, Suburbia, Vips, El Portón y Ragazzi, además de los almacenes Sam’s Club y Wal-Mart.

Diversas organizaciones han protestado desde hace años en contra de la construcción del almacén; el periódico neoyorquino acertó al nombrar al Wal-Mart de Teotihuacan como

“un poderoso símbolo del impacto de la globalización en la cultura y el comercio”.

Sergio Cicero Zapata, exabogado de bienes raíces de Wal-Mart, quien presentó una denucía contra le empresa y participó de la investigación aseguró que

“los ejecutivos de Wal-Mart, al intimidar exitosamente a los manifestantes y construir a la sombra de uno de los más reverenciados tesoros nacionales, le mandan un mensaje a todo el país: si pudimos construir aquí podremos construir donde sea”.

La pregunta es cómo es que un periódico extranjero, logró hacer una mejor investigación que las autoridades mexicanas ¿más corrupción y tráfico de influencias, dentro de un caso de corrupción y tráfico de influencias?  ¿harán algo las autoridades mexicanas?

Aquí pueden leer completa la  investigación presentada por el New York Times

Por su parte, WalMart ha publicado el siguiente video, en donde la cadena de autoservicios asegura que en los últimos ha destinado más de 35 millones de dólares para la investigación de los casos de corrupción.

Será interesante ver la posición que asuma WalMart al concluir su millonaria investigación, ¿cerrarán las tiendas que se abrieron a base de sobornos? ¿devolverán los terrenos donde no debieron construir? ¿o simplemente están tratando de manejar una crisis, lavarse las manos y seguir como si nada?

Ojalá nos equivoquemos, pero algo nos dice, que será la última opción….

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