Alan Berliner, uno de los cineastas contemporáneos que más han impactado al mundo por su manera de contar historias, estará por primera vez en la Ciudad de México para impartir un seminario de dos días y presentar una retrospectiva con sus trabajos más interesantes.

Con motivo de la visita de Alan Berliner, les compartimos una reseña de su película The Sweetest Sound, la cual se proyectará hoy, a las 19:30 horas, en la Cineteca Nacional.

Afortunadamente Alan Berliner no nació en México y digo afortunadamente no por la grave violencia que lastimosamente aqueja a nuestro país, tampoco porque no podría llamarse Harry Potter si quisiera, ni mucho menos por los sentimientos encontrados que le provocaría tener al frente de su selección de fútbol a un pintoresco personaje como el Piojo Herrera, sino porque de haber nacido de este lado del río Bravo probablemente su padre le hubiera heredado el apellido Hernández y su madre le habría puesto Juan.

Me explico… según el padrón electoral del desahuciado IFE, más de tres mil personas comparten desde la primera hasta la última letra que aparecen en su acta de nacimiento —3 081 para ser exactos—. Dato que con toda seguridad no le quitaría el sueño a nadie, excepto a Alan Berliner si se hubiera llamado Juan Hernández.

Berliner sufre del “síndrome del mismo nombre”: una rara patología que provoca un profundo cansancio en los individuos que son confundidos con sus homónimos. Para curarse, este gran documentalista neoyorquino de raíces judías, quien exige y suplica al mismo tiempo no ser confundido con el director belga de la entrañable película Mi vida en rosa (1997), emprende una búsqueda que se asemeja más a una cruzada por las inhóspitas tierras del ciberespacio anhelando encontrar su santo grial: a todas y cada una de las personas con las cuales comparte únicamente 12 letras.

Después de una exhaustiva investigación, Berliner ubica a sus “presas” y decide invitarlos a cenar en su departamento. The Sweetest Sound (2001) se convierte así en un hilarante y reflexivo filme que nos conduce magistralmente por los senderos de complejos temas como la identidad, la pertenencia, la memoria, el olvido e intenta responder una de las preguntas más antiguas que nos hemos hecho: ¿cuál es el sentido de la existencia humana?

Texto: Alejandro Morales

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook