Este miércoles, 12 de diciembre, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, tendrá que cruzar la cuerda floja en un evento que acaparará la atención internacional. Resulta, que tras los acuerdos fallidos del Brexit, el descontento nacional y su imagen que no mejora ni echándose sus mejores pasos de baile, se enfrentará a un voto de confianza dentro de su propio partido. 

Los parlamentarios del partido político que May lidera, el Partido Conservador —principal grupo promotor del Brexit— deberán votar si May se mantiene al mando o si mejor buscan a otro u otra candidata para dirigirlo.

Como los miembros del Partido Conservador, conocidos como los Tories, son los que tienen el control del Parlamento Británico, si Theresa May pierde el voto dentro de su partido también dejaría su puesto como primera ministra del país. 

“Disputaré este voto con todo lo que tengo”, decía Theresa May en una presentación retomada por la BBC. 

En la votación de este miércoles, May necesita el apoyo de 158 parlamentarios de los 315 que están afiliados a su partido. Si gana esta votación, no la quitan ni con humo de chile seco pues no hay manera de quitarle su puesto partidista —ni el de primera ministra— en al menos un año.

Entre los pendientes más grandes que tiene la actual primer ministra está cumplir con su propuesta de finalizar los acuerdos del Brexit y ya va bastante tarde. Con decirles que la fecha límite es en marzo del 2019 y está más atorado que Periférico Sur en época de lluvias.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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