La RAE define a la violación como la acción y efecto de violar.
Violar, a su vez, tiene cuatro acepciones: 1. tr. Infringir o quebrantar una ley, un tratado, un precepto, una promesa, etc. 2. Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento. 3. Profanar un lugar sagrado, ejecutando en él ciertos actos determinados por el derecho canónico. 4. Ajar o deslucir algo.
El calificativo de “legítima” es, pues, una contradicción al significado de la palabra misma. Una violación no puede ser legítima, al ser este un acto de “deslegitimización”: una transgresión contra el orden y la voluntad. Todd Akin, un congresista norteamericano del partido republicano, afirmó que las víctimas de una violación “legítima” no suelen quedarse embarazadas y sus declaraciones le han convertido en el centro de la controversia de la política norteamericana de los últimos días.
“Una violación es una violación” dijo Obama, mucho más conocedor del idioma y quien ha decidido incluir en su plataforma política rumbo a las próximas presidenciales algunas reformas parciales en torno a los derechos de las mujeres. La ley norteamericana prohibe el aborto, excepto cuando el embarazo representa una amenaza para la salud de la mujer. Obama busca modificar la ley y permitir que las víctimas de una violación interrumpan, de manera legal, la gestación.
Según Akin, es cientificamente imposible que una mujer violada sea embarace:
si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo y prevenir el embarazo…
“Asumamos que ese recurso [el de ‘cerrarse’] no funcionó”, agregó Akin quien tal vez pensó que había exagerado y que ningún estudio científico confirmaría su teoría. “Creo que debería haber un castigo, pero el penalizado debería ser el violador, no el bebé”.
Las palabras de Akin, inoportunas y estúpidas, han obligado a los republicanos, entre ellos Mitt Romney, a distanciarse: “las declaraciones de Todd fueron insultantes, inexcusables y francamente equivocadas”, dijo en conferencia de prensa el candidato presidencial poco después de sumarse a las peticiones de un par de congresistas republicanos (Scott Brown y Rob Johnson) para exigir la dimisión de Akin este lunes y cancelar su candidatura en favor de algún otro republicano.
Extrañamente, Todd, ha resistido la envestida y se niega a renunciar a su candidatura, argumentado más de diez puntos porcentuales a su favor en las encuestas.
Y mientras demócratas y republicanos tratan de capitalizar o minimizar, cada uno de acuerdo a sus intereses, las declaraciones de Akin, medios como The New York Times han llamado la atención sobre un par de aspectos mucho más sensibles y graves: la inequidad legislativa y el tinte “cientificoide” de las declaraciones de Akin.
“Y lo más terrible de Akin es que no es el único”