Ahora sí, las suposiciones e hipótesis se hacen realidad, la cuestión ahora es ¿qué hacemos?
De acuerdo con el plan energético del presidente Enrique Peña Nieto, el cual impulsará en conjunto con el Partido Acción Nacional, el sector privado tendrá el mando en cuanto al crudo nacional se refiere, ya que se planteará desaparecer la explotación como actividad estratégica nacional, entre muchas otras cosas.
Lo anterior ya no es especulaciones tipo Abuelo Simpson, ya que consta en el último borrador de la de la propuesta para la ley secundaria de la reforma energética, del cual el diario La Jornada este domingo dice tener una copia… no se trata de la versión definitiva, pero ya podemos ver cómo estará la movida.
Siguiendo con la denuncia de lo que contendrá la propuesta energética, el Estado sólo se limitará a otorgar concesiones y asignar contratos y permisos, además de sugerir la desaparición de Pemex Gas, por lo que Petróleos Mexicanos será más pequeña y con ello se dividirá en dos sectores: explotación y extracción y comercio e industrialización.
Hasta aquí se escucha más o menos gacho el panorama, pero siempre se puede empeorar y para eso está el siguiente punto: los hidrocarburos sólo serán propiedad pública cuando se encuentren en el subsuelo, al estar a boca de pozo pueden ser transferidos al sector privado. Además, los contratos de exploración y explotación en los que Pemex trabaje con el sector privado podrán ser pagados en efectivo o especie –o sea, con hidrocarburos-.
Respecto al asunto de los contratos destaca su clasificación: riesgo puro, de reparto de producción, de utilidad compartida y las concesiones… ah ¿la Constitución no las permite?, no importa en esta legislación secundaria se les colocó el bonito nombre de “licencias”.
En pocas palabras, se plantea la entrega total del manejo de los hidrocarburos nacionales al sector privado, ya que de acuerdo a esta ley secundaria, se abre la posibilidad de la existencia de oleoductos, poliductos, refinerías y demás instalaciones industriales… ¡qué bien!, ahora sí la gasolina bajará, -dirán algunos-, pues se ve difícil: lo que pasará es que el precio al comienzo será administrado por el Estado, pero después estará regido en función al mercado internacional… ¿a pagarla en precio dólar?
Si después de leer todo esto les preocupa qué papel jugará en toda esta entrega nuestro presidente, pues es uno bastante cómodo: simplemente se limitará a definir, por decreto, qué partes del territorio nacional estarán abiertas para la búsqueda y extracción de petróleo y cuáles para el futuro, esto conforme se lo vaya solicitando la IP.
Así está el panorama, esperemos que llegue el periodo Guadalupe-Reyes para enterarnos más sobre esta ley… cuando con madruguete incluido ya haya sido aprobada.