En sus 76 años de historia, el Centro Preventivo y de Reinserción Social del Topo Chico fue escenario de masacres, violaciones, explotación, extorsiones y testigo de la operación de grupos criminales como los Zetas o el cártel del Golfo. En la lista de violaciones a los derechos humanos, esta prisión fue testigo del abuso contra las reclusas —durante el periodo en el que los Zetas controlaban el penal. ¿Cómo? Mediante la explotación sexual.

El día de ayer, el penal del Topo Chico cerró sus puertas —el gobierno de Nuevo León lo adecuará para que funcione como el Archivo General del Estado y un parque. En este contexto, las autoridades dieron a conocer de qué manera eran sometidas las reclusas, durante el control de los Zetas.

Violencia y abusos contra las reclusas

Un reportaje de Noticieros Televisa —del periodista Marco Antonio Coronel— mostró que los reclusos de Topo Chico idearon colocar tablarroca —un plafón— en una pared de los baños de las reclusas. ¿Para qué era? El plafón se utilizaba para engañar a los custodios y la policía. El objetivo era trasladar a las reclusas a la sección de hombres, donde eran prostituidas y abusadas sexualmente.

Aquellas que se resistían, eran castigadas en la zona de “Las tapadas”, lugar controlado por dos internas que seguían las órdenes de Julio César González alias “La Yuli” —todo bajo el dominio de los Zetas.

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Foto: Noticieros Televisa.

De acuerdo con Noticieros Televisa, en esta época, organizaciones civiles alertaron a las autoridades del incremento de embarazos entre las reclusas. Sin embargo, los abusos y el sometimiento no se detuvieron.

Según el testimonio de un interno, al área de mujeres entraban alrededor de 15 o 30 hombres para sacar a las mujeres de sus celdas y entre todos las golpeaban. “Te levantaban con botes de agua helada”, narró.

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Foto: Noticieros Televisa.

Los abusos no sólo eran por parte de los Zetas, las reclusas también tuvieron que soportar la mala gestión de las autoridades encargadas del penal. En 2018, había 238 mujeres, 38 niños y no había expedientes médicos o un sistema de salud que las atendiera, explicó Juan Martín González, director del Topo Chico.

Debido a que el penal era inoperable, fue cerrado el pasado 30 de septiembre. Sin embargo, tras sus 76 años de historia, el reclusorio del Topo Chico dejó decenas de historias llenas de violencia, que definieron a este Centro Preventivo y de Reinserción Social como uno de los más peligrosos de México.

Topo Chico

Sólo para contextualizar, este reclusorio fue inaugurado en 1943 por el entonces gobernador, el general Bonifacio Salinas Leal, en Monterrey, Nuevo León. En un inicio, este penal fue construido para recibir a 600 internos. Sin embargo, con el paso de los años se fue adecuando hasta que registró una sobrepoblación.

Según la Comisión Nacional de Seguridad (CSN) en 2015 la población del Topo Chico era de tres mil 965 reos. Pero esta cárcel tenía capacidad para tres mil 685. Es decir, esta fue una de las primeras alertas que se posó ante las autoridades estatales y federales, sin que hicieran nada para revertirlo.

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Foto: Cuartoscuro.

El tema de ingobernabilidad en el penal fue clave para que emergieran grupos criminales en sus instalaciones. Como fue el caso de los Zetas y el cártel del Golfo, que en 2016 se enfrentaron dentro del reclusorio. El enfrentamiento dejó el saldo de 49 personas muertas.

La masacre del Topo Chico —10 febrero de 2016— ha sido considerada como el motín con el mayor número de personas que han perdido la vida en un centro penitenciario —este no fue el único. El 27 de marzo de 1980 ocurrió un motín en el cual los reos secuestraron al director del penal, Alfonso Domene Flor, quien murió en el Topo Chico.

Por las celdas del Topo Chico transitaron algunos integrantes de la Liga Comunista del 23 de septiembre —los jóvenes que intentaron secuestrar al empresario Eugenio Garza Sada, durante la llamada Guerra Sucia, miembros de los Zetas y el cártel del Golfo.

Finalmente, el resto de reclusos que permanecía en el penal fueron trasladados a los reclusorios de Cadereyta y Apodaca I —en lo que las autoridades terminan de construir el penal Apodaca II.

**Foto de portada: Cuartoscuro.

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