Este lunes el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló a favor de un pastelero en Colorado que rechazó hacer un pastel de bodas para una pareja gay argumentando que no podía por sus creencias religiosas.
La mayoría de jueces lo respaldaron señalando que el hacer un pastel de bodas para una pareja del mismo sexo sería el equivalente a participar en una celebración contraria “a sus creencias más profundas”.
El caso
En julio de 2012, Charlie Graig y Dave Mullins fueron a la pastelería de Jack Philips en Lakewood, un suburbio a las afueras de Denver, Colorado, en Estados Unidos. Acudieron para encargar un pastel de bodas, sin embargo cuando el pastelero se enteró que la boda era entre ellos, se negó a ofrecerles el servicio.
¿Por qué?
Argumentó que violentaba sus creencias, por lo que la pareja lo denunció ante la Comisión de Derechos Civiles, misma que les dio la razón. Posteriormente, también la justicia del estado los respaldó, razón por la que el pastelero llevó el caso hasta el Supremo.
El pastel que ellos querían era para la recepción de su boda en Colorado, Massachusetts, estado en donde se legalizó el matrimonio gay mucho antes de que pasara en el resto del país.
El principal argumento de Jack Philips es que en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos se establece la libertad de religión y de expresión. Y eso mismo le permitió llegar hasta el Tribunal Supremo. Fue en junio del año pasado cuando el órgano judicial estadounidense anunció que trataría el caso.
“No puedo crear pasteles personalizados que expresen mensajes o celebren eventos en conflicto con mi fe”, afirmó Phillips.
Y no es lo único que ha rechazado, de acuerdo con la BBC, Philips también se ha negado a crear productos para celebraciones como Halloween o divorcios, siempre en base a argumentos religiosos.
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— AllianceDefends (@AllianceDefends) 4 de junio de 2018