Este martes, 6 de noviembre, fueron las elecciones intermedias de Estados Unidos. En una noche de blancos y negros para ambos partidos de la vida pública gabacha —demócratas y republicanos— podemos decir, casi oficialmente, que se dividieron salomónicamente el poder de las dos cámaras que conforman el Poder Legislativo.

“Algunas veces se gana y otras se pierde”, diría el presidente Donald Trump si viviéramos en una realidad alternativa en donde fuera reconocido por su mesura.

Aunque este desenlace no es oficial al 100% a estas horas de la noche —se determinarán en el transcurso de la madrugada— todas las aproximaciones y resultados parciales indican que el Partido Demócrata (los azules) tendrá la mayoría en la Cámara de Representantes. Al mismo tiempo, el Partido Republicano (los rojos de Trump) mantendrá el control del Senado. 

Estas elecciones ya pasaron a la historia como las intermedias más costosas en la historia, pero además hay decenas de puntos, candidatos y victorias estatales que vale la pena analizar.

La Cámara de Representantes

En la House of Representatives hay 435 lugares, o sea que si logras sentar a 218 congresistas con la playera de tu partido ya rifaste; eres mayoría.

Al momento no están los resultados exactos, pero es casi seguro que los Demócratas tendrán la mayoría en la cámara baja del Poder Legislativo. Nada más falta definir con cuanto margen se la llevaron. De acuerdo a FiveThirtyEight, los azules se llevaron un 60% de los votos.

Las victorias fueron grandes para el Partido Demócrata, además del número, al asegurar el lugar de decenas de personajes que no se ajustan al perfil —es un decir— de los candidatos favoritos del republicano Donald Trump.

Por ejemplo, dos mujeres musulmanas, una de Michigan y la otra de Minnesota, serán las primeras de esa religión en participar en el Congreso. Igual hay una hispana elegida en Texas. Está Sharice Williams, de Kansas, que es abiertamente LGBT y es nativa americana.

Además, súmenle al primer hombre gay en la cámara con la elección de Chris Pappas en New Hampshire.

También se eligió a la mujer más joven en la historia con la llegada de Alexandria Ocasio-Cortez. Latina y de 29 años, representará al distrito 14 de New York. 

El Senado

Acá los Republicanos mantuvieron el control e incluso ganaron lugares. De los 100 asientos que hay en la cámara alta de Estados Unidos, solamente 35 estaban en juego en estas elecciones.

Antes de arrancar la cosa estaba pareja —los azules tenían 49 y los rojos tenían 51—, pero al final del día las tendencias decidieron y parece que los republicanos ganaron dos o tres lugares más. Eso dejaría todavía mejor parado al partido de Trump en el Senado.

En estas carreras hubo cuestiones interesantes, pero probablemente el mayor respiro para Donald y su tropa fue que Ted Cruz mantuvo su lugar en el Senado por el estado de Texas.

“¡Uy! Qué sorpresota que un republicano ganó en Texas”, dirán algunos, pues la verdad es que extrañamente sí.

Este año, Ted Cruz —que no es famoso por su carisma— competía contra Beto O’Rourke, el demócrata que más fondos ha juntado en la historia de Texas y que estuvo a 200 mil votos de convertir al conservador estado en un lugar azul.

De ahí para el real, la verdad es que los republicanos pegaron fuerte. Los rojos ganaron en casi todas las carreras que se venían cerradas y arrasaron en todas las que traían ventaja. Si le sirve de consuelo a los demócratas es que Bernie Sanders mantuvo su asiento representando a Vermont.

Oye mano, ¿y en los gobernadores?

Son 36 elecciones a gobernador y no todas suenan interesantes. Si lo tuviéramos que definir en una sola frase es que Estados Unidos se pintó de rojo y Colorado se pintó de todo el arcoiris.

El estado de Colorado tendrá al primer gobernador abiertamente gay de la historia tras la victoria del demócrata, Jared Polis. El recién electo triunfador venció a uno de los consentidos de Donald Trump y se acomoda fuerte para ser uno de los posibles candidatos a presidente en el 2020.

¿Y luego? Los demás estados jalaron hacia el Partido Republicano. Cabe resaltar que muchos de los candidatos que tenían ‘la bendición política’ de Donald Trump  derrotaron a los gallos más fuertes del Partido Demócrata. 

En Florida, Andrew Gillum se quedó a 1% de pintar de azul el estado de la naranja desde 1999. En Georgia, la demócrata Stacey Abrams —una de las consentidas de la prensa de Estados Unidos— no le vio ni el polvo al republicano Brian Kemp.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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