Para que no quede duda de que, aunque no diga nada concreto, todavía puede enardecer a las masas, el presidente más blofeador que ha tenido Estados Unidos se dio una vuelta por la frontera que divide a su país de México. Muy acorde con su personalidad tibia, Donald Trump no se aventó a llegar a su amado muro, sino que se quedó a tres kilómetros de la línea divisoria.

Como sea, a Trump le bastó con achicharrar su piel bajo el sol que se vive en esa parte sur de Estados Unidos – en la ciudad de Yuma, Arizona, específicamente – para… bueno, no se supo bien cuál fue la intención de la visita, aunque medios se aventaron a decir que puede ser interpretado como una presión al Congreso para que éste libere fondos para la construcción del muro, debido a que Yuma es un punto donde la política antimigratoria de la actual administración ha tenido relativo éxito, al ser un punto en el que la entrada de indocumentados ha caído significativamente.

Ahhh…. Pues ahí tienen: después de tanto vapuleo en medios por demostrar (otra vez tibiamente) su apoyo a los movimientos supremacistas (o al menos no condenarlos tanto) ayer Trump se dedicó a dejarse apapachar. Primero en Yuma, jugando con el equipo antimigrante y después en Phoenix, donde tiene un bastión en el que le celebran todas sus fregaderas. Nomás hay que recordar que en esta última ciudad es donde dio su primer discurso, cuando inicio su campaña presidencial.

“Yo aquí estoy para mandar un mensaje; estamos total y plenamente comprometidos a luchar por nuestra agenda y no pararemos hasta que el trabajo esté hecho”.

Ahí, en la capital de Arizona, volvió a soltar frases alebrestadoras sobre el Tratado de Libre Comercio, al señalar que quizás ya es tiempo de darlo por terminado… tal vez no ahora, pero en algún momento (oh, que la…). “Renegociamos el TLCAN o nos vamos”, dijo innecesariamente para la euforia de sus simpatizantes, ya que – como sabemos – precisamente eso es lo que se hará en los próximos días: renegociar el tratado comercial.

“Personalmente creo que no podremos llegar a un acuerdo porque ambos países han tomado tanta ventaja, especialmente México, que creo que probablemente daremos por terminado el TLCAN en algún momento, pero yo dije desde el principio que o renegociábamos el TLCAN o nos vamos. Veremos qué pasa. Ustedes están en buenas manos”.

En fin, para remarcar que su política nomás es prometer y acusar, Trump aseguró que el muro se hará porque se hará… aunque eso signifique “parar el gobierno”, ya que los demócratas no le han querido soltar el dinero para financiar la construcción y, ante esa negativa, una forma de presión sería la suspensión de todos los servicios, hasta que el presupuesto que le guste al presidente (con fondos para el muro) sea aprobado por los congresistas. Bueno, quizás esto último ya no fue del agrado de muchos de los presentes… pero para eso sirven las promesas: para volver a enardecer a su público.

Trump comentó que tal vez indulte al exalguacil, Joe Arpaio. Quizás… sólo habrá que esperar a que le den su sentencia. Mientras tanto “va a estar bien”, aseguró el presidente. Arpaio fue hallado culpable del desacato de una orden judicial con la que se le pedía frenar la persecución de inmigrantes.

“¿A la gente de este lugar le cae bien el sheriff Joe? (…) Al sheriff Joe lo condenaron por hacer su trabajo. Lo he pensado muy bien, y tengo una predicción; pero no lo voy a hacer esta noche porque no quiero causar controversia, pero el sheriff Joe va a estar bien”, aseguró.

Claro, no podía faltar el ataque a los medios, a las ciudades santuario, a los demócratas y, en general, a todo aquello que de alguna forma represente una crítica a su presidencia, calificada hace poco por The New York Times como “fallida”.

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Hola, soy Álvaro. Estoy en sopitas.com desde hace algunos años. Todo ha sido diversión, incluso las críticas de los lectores. La mejor de todas: "Álvaro Cortés, córtate las manos".

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