Luego de la ola de críticas a su controversial orden ejecutiva, con la cual se detiene a viajeros que intenten ingresar a Estados Unidos provenientes de siete países mayoritariamente musulmanes, el presidente Donald Trump emitió un comunicado con el que intenta aclarar cuál es el real blanco de su mandato. Además, en el texto publicado a través de su página Facebook, el republicano reprocha el recibimiento mediático y popular de este decreto, alegando que es bastante similar a uno realizado por Barack Obama, en 2011.
De acuerdo con Trump, su reciente orden con la que se limita el acceso a inmigrantes procedentes de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen es por causa del terrorismo y “mantener a nuestro país seguro” y nada tiene que ver con la religión. “Para que quede claro, esta no es una prohibición contra musulmanes, como los medios falsamente están denunciando”.
Statement Regarding Recent Executive Order Concerning Extreme Vetting: https://t.co/f6JO60I0Ul
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de enero de 2017
“Existen más de 40 diferentes países en todo el mundo que son de mayoría musulmana y que no son afectados por esta orden. Volveremos a emitir visas a todos los países una vez que estemos seguros de que haber revisado e implementado las políticas más seguras durante los próximos 90 días”.
¿Es porque no soy negro?
Por otra parte, Trump parece preguntarse por qué este decreto ha despertado tanta rechifla por parte del respetable. Si simplemente está haciendo algo parecido a lo que el ex presidente Barack Obama hizo hace seis años, cuando “prohibió los visados para refugiados de Irak”… y hasta eso él se ve más magnánimo: el veto de Obama se prolongó por seis meses, mientras que el suyo durará apenas tres meses, aproximadamente.
“Los siete países citados en la orden ejecutiva son los mismos países anteriormente identificados por la administración Obama como fuentes del terrorismo”, justifica Trump.
Sin embargo, después de echarle una checada a sus archivos, The Washington Post señala que el único artículo en el que se hace referencia a una prohibición similar es en uno publicado por ABC News. En él, se cita que “como resultado del ‘caso Kentucky’, el Departamento de Estado dejó de procesar a los refugiados de Irak durante seis meses (…) incluso a aquellos que valerosamente ayudaron a las fuerzas estadounidenses como intérpretes y activos de inteligencia”.
El “caso Kentucky” se refiere al de dos refugiados iraquíes que en mayo de 2011 fueron arrestados por cargos de terrorismo. Uno de los refugiados, Waad Ramadan Alwan, antes de recibir asilo en los Estados Unidos, se había dedicado a la elaboración de bombas en Irak. El FBI, después de examinar fragmentos de miles de bombas, encontró las huellas dactilares de Alwan en un teléfono que había sido utilizado en una bomba improvisada, esto en 2005.
Por lo anterior, la administración de Obama se comprometió a examinar los registros de 58 mil iraquíes que habían entrado a los Estados Unidos. Según TWP, ante esta medida, los medios se centraron en cómo esta medida retrasó la emisión de visas. Los registros del Departamento del Estado lo que reportaron en ese entonces fue una disminución significativa en las llegadas de refugiados provenientes de Irak, pero no una pausa total en el otorgamiento de visas.
Como se puede ver, parece que no hay mucho parecido entre una política y otra: Obama respondió a una amenaza real: el detectar que refugiados estaban involucrados en la elaboración de bombas con las que se atacó a tropas estadounidenses; mientras que Trump, emitió su decreto por mero cumplimiento de promesa de campaña (o porque de a tiro sí es bien racista). Y bueno, de la radicalidad de una y otra ni hablar: una cosa es sólo retrasar la entrada de inmigrantes, para tenerlos bien checados y otra muy diferente negarles por completo la entrada.