Luego de una larga búsqueda, el rechazado Donald Trump ya encontró quien le cante en la ceremonia con la que inicia el apocalipsis, más conocida como su toma de protesta como presidente de los Estados Unidos. Pero hay un pequeño detallito que tendrá que resolver el futuro mandatario.

No será Elton John, los Beach Boys, Andrea Bocelli ni Julión Álvarez el encargado de hacerle los honores al exótico republicano, tal chambota podría correr a cargo de la cantante Rebecca Ferguson, quien previendo la rechifla a la que se hará merecedora, puso una condición para poder presentarse en el evento que dará inicio con una administración que se espera harto discriminatoria y dura contra las llamadas minorías.

Nada perdida, la ex concursante del programa británico The X Factor aceptaría cantar para Trump, sólo si puede interpretar el emblemático tema antirracista “Strange Fruit”, popularizado por Billie Holiday. Así lo dio a conocer a través de un comunicado:

“Me preguntaron y esta es mi respuesta: Si me dejan cantar “Strange Fruit”, una canción que tiene una inmensa importancia histórica, una canción que fue vetada en Estados Unidos por ser demasiado controversial, una canción que habla a todos los afroamericanos despreciados y oprimidos de Estados Unidos, una canción que es un recordatorio de que el amor es lo único que conquistará a todo el mundo, entonces aceptaré su invitación y los veré en Washington”.

¿Y qué con esa canción?

Bueno, que alguien pueda cantársela a Trump en su jetota tendría un alto valor simbólico. Escrita en 1937 por Abel Meerepol, “Strange Fruit” nació como un poema inspirado por los actos racistas cometidos en las primeras décadas del siglo XX, particularmente por el linchamiento de jóvenes afroamericanos, quienes eran colgados de los árboles acusados de diversos delitos.

“De los árboles del sur cuelga una fruta extraña / Sangre en las hojas, y sangre en la raíz / Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña / Extraña fruta cuelga de los álamos”.

Considerada como una declaración contra el racismo, la canción fue tomada como estandarte por los participantes del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. Aunque ya era conocida como poema (el propio Meerepol le añadió música), fue hasta que la interpretó Billie Holiday que “Strange Fruit” alcanzó el impacto deseado por su autor.

“Eso fue exactamente lo que quería que la canción hiciera y por lo que la escribí. El estilo de Billie Holiday dio la amargura e impactante calidad que había esperado que la canción tuviera. El público dio una tremenda ovación “, comentó Meerepol, quien estuvo presente la noche en que Holiday interpretó por primera vez la canción.

Desde el primer año de su grabación, “Strange Fruit” forma parte de los registros de la Biblioteca Nacional del Congreso.

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