Dejemos algo en claro desde el principio, este no es un conejo con el que te quieras meter, no es un conejo que saltará dócilmente a tu mole para que lo cocines. Es un conejo con sed de sangre.
Los bardos escribirán canciones sobre las aventuras de este pequeño conejo y su gran batalla contra una serpiente.
Todo comenzó cuando el despiadado reptil, notó que nuestro amigo había salido de casa dejando a sus crías descuidadas, no había almorzado y pues se le hizo fácil lunchearse unos conejitos.
Nuestro entrenado ojo cuenta 3 conejitos bebés enredados en el cuerpo de la serpiente, 2 muertos y uno que alcanzó a chillar para llamar la atención de papá conejo.
Ante el alarido de su pequeño muchacho, nuestro héroe llegó y al ver la baja de 2 de sus crías, sus ojos se llenaron de rabia y sólo quería muerte para el reptil.
Vean:
Hasta patadas con salto mortal hubieron.