Recientemente, un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que estar enamorado o enamorada mejora el sistema inmunológico de los humanos, lo que ayuda a las personas que se contagian de COVID-19.
¿Cómo es que estar enamorado ayuda contra el COVID-19?
Durante la videoconferencia “Los ingredientes bioquímicos del amor”, Ignacio Camacho Arroyo, académico de la Facultad de Química de la UNAM, indicó que el estar enamorado, enamorada eleva las defensas del cuerpo humano contra cualquier tipo de microorganismo o agente patógeno externo, lo cual ayuda a mejorar la respuesta inmunológica.
Al respecto, señaló: “En esta etapa vamos a tener más defensas contra cualquier microorganismo. Si estamos enamorados y nos enfermáramos de COVID-19, por ejemplo, es mucho más probable que podamos resistir al virus“.
Sí, según este especialista de la institución académica, existen dos tipos de amor: el de pareja y el filial (el que tienes a familiares como padres o hermanos); los cuales son igual de importantes para la supervivencia de cualquier especie.
¿Cómo funciona el enamoramiento?
De acuerdo con Camacho Arroyo, el amor está dividido en tres fases: enamoramiento, pasional, y compañía. Es justo en la primera que existe una activación y desactivación de diferentes capas cerebrales: “Cuando se está en la etapa inicial del enamoramiento, la percepción de la realidad es un poco diferente de lo que ocurre, pero esta activación o desactivación de las zonas del cerebro no dura toda la vida”.
Además señaló que también se presentan cambios hormonales; mientras que en las mujeres incrementa la testosterona y en los hombres disminuye.
#BoletínUNAM Durante el enamoramiento aumentan las defensas contra cualquier microorganismo, porque se incrementa la expresión de los genes involucrados en la respuesta inmunológica: #ExpertoUNAM > https://t.co/q9BbAmq7jw#PontePumaPonte😷 pic.twitter.com/G9e20nSpST
— UNAM (@UNAM_MX) September 28, 2020
Eso sí, el investigador de la Facultad de Química indicó que estos cambios y los que suceden en el cerebro, son temporales y varían de pareja a pareja, dependiendo de cómo se desarrollen los primeros meses de relación.