Por Roco Casillas

En unos cuantos días se estrenará en México la nueva película de Luc Besson, Valérian y la ciudad de los mil planetas, y no podemos esperar a sumergirnos en los increíbles mundos que vimos en los trailers del film. Es casi imposible no encontrar relación entre los planetas, las naves y los alienígenas que alcanzamos a ver en dichos adelantos con aquellos de Star Wars, Avatar de James Cameron, El Quinto Elemento, Mass Effect y Guardianes de la Galaxia,  lo que ha provocado reacciones mixtas entre los ciudadanos del internet:

Y la realidad es que tienen toda la razón. En el diseño de Valerian podemos ver un poco de todos estos universos, pero no porque sus autores hayan plagiado estas historias, sino todo lo contrario: El universo de Valérian & Laureline es anterior a todas ellas, y en algunos casos fue su inspiración, como veremos más adelante.

El origen de este cómic se remonta a 1967 en Francia, cuando el ilustrador Jean-Claude Mézières y el escritor Pierre Christin publicaron por primera vez las aventuras de Valérian en la revista Pilote, cuya historia llegaría a su fin apenas en 2010. Christin y Mézières se conocieron de muy jóvenes, pues nacieron y vivieron su infancia en el mismo suburbio parisino, y desarrollaron una entrañable amistad que los hizo reencontrarse ya siendo adultos, cuando el primero poseía el título de Doctor en Literatura Comparada, y el segundo era un talentosísimo ilustrador de publicidad muy amigo de Jean Giraud, también conocido como Moebius. Este dúo dinámico crearía una de las obras del gran panteón de historietas Franco-Belgas que incluye otros títulos como Asterix, Lucky Luke y Tintín. A pesar de ser parte de este impresionante grupo de obras, el brinco de Valérian al continente americano no fue tan afortunado como el de los otros cómics franco-belgas, y sólo fueron publicados cuatro álbumes de sus historias en Estados Unidos a inicios de los ochenta, pues dejaron de ser editados por falta de interés del público norteamericano. La película de Besson será el segundo intento de este cómic francés para impresionar al público de este lado del charco.

Valérian y Laureline, una pareja del futuro.

En sus primeros números, la historia se llamaba Valérian, agente espacio-temporal y trataba de los distintos trabajos que este agente del siglo XXVIII tenía que realizar a lo largo y ancho del universo y el tiempo. Sin embargo, poco después de su inicio fue agregado el personaje de Laureline, quien vivía en la Francia del siglo XI y salvó a Valérian en una de sus primeras aventuras. Aunque Laureline había sido planeada originalmente como un personaje pasajero, fue conservada en la narración debido al éxito que tuvo con los lectores del cómic y finalmente fue llevada al papel estelar al punto de que en el 40 aniversario de la saga, ésta fue re-bautizada como Valérian & Laureline dando así el mismo peso a ambos protagonistas.

Paradójicamente, Laureline, una nativa del siglo XI, es el personaje más avanzado tanto de la narración del cómic como del contexto social en el que fue escrito, pues, a pesar de ser realmente atractiva, su inteligencia, su personalidad y su tenacidad son lo que la vuelven uno de los primeros, y más ignorados, ejemplos de mujeres empoderadas en la ciencia ficción.

La crítica más aguda de todo el espacio-tiempo

A pesar de versar sobre naves espaciales, robots, extraterrestres, y un largo etcétera con muchos rayos, colores y explosiones, la mejor ciencia ficción es siempre la que termina hablando y criticando la realidad del mundo desde donde fue escrita y fue/es/será leída. Prueba de esto son trabajos como Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, El cuento de la criada de Margaret Atwood, 1984 de George Orwell y Conquista del planeta de los Simios, por citar algunos. El caso de Valérian & Laureline no es distinto. En sus historias podemos encontrar las ideas de Christin y Mézières, ideológicamente alineadas a la izquierda, aunque no de manera tan explícita.

El legado de Valérian y Laureline

Al principio de esta entrada hablaba de cómo era fácil percibir en los trailers de Valerian detalles que nos recuerdan a otras grandes historias de la ciencia ficción cinematográfica. De todas estas posibilidades, la relación con Star Wars es la más espinosa, pues ni George Lucas ni Ralph McQuarrie, el genio detrás del diseño de las películas originales de La Guerra de las Galaxias, reconocieron en ningún momento haber leído o haber visto alguno de los cómics de Christin y Mézières. Después de que Mézières escribiera varias veces a George Lucas sin respuesta alguna, el ilustrador decidió hacer pública su inconformidad con una viñeta en Pilote #113:

Trad: Leia: “¡Qué sorpresa encontrarlos aquí!” Laureline: “Oh, llevamos mucho tiempo viniendo aquí”

En fin, a las pruebas nos remitimos. A continuación podrán ver algunos de los puntos más sólidos que muestran la extrañamente cercana relación entre Star Wars y Valérian & Laureline.

Aquí podemos ver la nave de Valerian, la XB982, de un cómic de 1972, mientras que el Halcón Milenario apareció en 1977; a Laureline vestida en un bikini metálico mientras sirve de esclava a un repugnante ente con sobrepeso en Le pays sans etòile de 1972, mientras Leia apareció en su polémico traje de esclava en 1982; y finalmente tenemos a Valerian congelado en una sustancia en un panel de 1971, mientras Han Solo sería congelado en carbonita en una posición extrañamente similar en 1980.

Bueno, pues: por ahí dicen que el que calla, otorga.

Esperemos a ver qué sucede con la película de Besson. Confieso que me preocupa un poco el hecho de que hayan quitado a Laureline del título de la película, siendo que ella es un personaje igual, o incluso más emblemático, que su pareja en esta colección de cómics. Si resulta ser un fiasco, por lo menos podremos aprovechar que nos abrió un nuevo universo para explorar.

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Roco Casillas estudió literatura inglesa en la UNAM. Es músico y estudia una maestría en gestión cultural.

Twitter: @rocorcholata

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