A más de un año de la desaparición forzada de 43 estudiantes y el asesinato de 6 personas en Iguala, ahora vecinos de la comunidad de Carrizalillo, al norte de Chilpancingo, en el estado de Guerrero, hicieron un llamado para que los padres de los 43 normalistas vayan a ese poblado para buscar a sus hijos.

Los pobladores, quienes pidieron que no se revelara su identidad debido a las situación tensa con la delincuencia organizada, dicen que hay indicios de que los estudiantes pudieron ser llevados ahí luego de los ataques en Iguala la noche del 26 de septiembre.

Algunas de los acontecimientos que dan pie a estas sospechas son que precisamente esa noche vieron una retroexcavadora trabajar y que dos montículos de tierra que se iban a utilizar para aplanar una calle, desaparecieron.

Además, uno de los vecinos informó que la noche de 27 de septiembre del 2014 llegó a Carrizalillo un grupo de aproximadamente 30 sicarios de Guerreros Unidos de Iguala en unas camionetas de lujo y portando armas.

Supuestamente, la familia Peña Celso son los líderes de este grupo criminal en Carrizalillo y el miércoles pasado Modesto Onofre Peña Celso, presunto halcón de Guerreros Unidos, fue detenido junto con policías federales y confesó que en los cerros de Carrizalillo hay fosas donde sepultaron los cuerpos de distintas víctimas.

Así que después de más de un año de indignación, donde ha habido presión internacional y de varias organizaciones, el caso sigue revelando que es mucho más complicado de lo que la “verdad histórica” de Murillo Karam aseguraba y que involucra distintos poderes y complicidades.

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