En entrevista para Proceso, Manuel Velasco corroboró la más grave de las acusaciones que se le han imputado: haber gastado 10 millones de dólares en comunicación e imagen propagandística. Pero no es para tanto, afirma.

Manuel Velasco, el actual gobernador de Chiapas, militante del Partido Verde y novio de la cantante Anahí, es un hombre indiscutiblemente fino. No sólo ha logrado mantener a su entidad en un honorable primer lugar de pobreza en el país, sino que ha aumentado su deuda de 16 mil 412.9 millones a 18 mil 184.7 en tan sólo un año. Un incremento tan abrupto que dan ganas de llorar. Por si fuera poco, la actividad económica se encuentra en una situación de estancamiento tal, que el estado sobrevive tan sólo gracias a la inyección externa de capital.

Ese mismo hombre es el que hace menos de un mes invadió los anuncios espectaculares del DF y otras entidades a través de la nunca más difundida portada de la revista Cambio, violando el Cofipe, que claramente contempla que la propaganda de un funcionario o candidato fuera de la región que administra o aspira gobernar se considera ilegal.

Es este el mismo hombre que, según el subcomandante Marcos del EZLN, gastó más de 10 millones de dólares en promocionar su imagen en 2014:

“El autodenominado ‘gobernador’ de Chiapas, México, ha declarado solemnemente que su administración ‘se ha apretado el cinturón’ con un programa de austeridad. Como muestra de su decisión, se ha gastado más de 10 millones de dólares en una campaña publicitaria nacional que no por masiva y costosa es menos ridícula… e ilegal […] Pero como algunos medios se llevan su tajada, el ‘imberbe’, ‘inexperto’ e ‘inmaduro’ empleado de un negocio que ni es partido ni es verde ni es ecologista ni es de México (bueno, ni él es gobernador, así que para qué detenerse en detalles) es ahora, en las páginas y segmentos de la misma prensa que lo atacaba por ‘niñato’, un ‘hombre de Estado’ que no gasta en su promoción personal, sino ‘en atraer turismo a Chiapas’”, escribió Marcos a finales del año pasado.

No contento con todo lo anterior, Manuel Velasco ha demostrado su admirable honestidad aceptando la acusación de aquél gasto sin ningún tapujo.

En entrevista telefónica con Isaín Mandujano, el gobernador admitió haber usado los 10 millones de dólares (unos 130 millones de pesos), pero rebatió magistralmente calificando a este escándalo de distractor y “cortina de humo”:

“Se debe hablar de los problemas que realmente nos deben ocupar y preocupar, y no distraernos con esta cortina de humo”, afirmó brillantemente.

Ahm… ok… así que si nos concentramos en su corrupción e investigamos los posibles desvíos de recursos que ejerció en publicidad, estamos pasando por alto los verdaderos problemas, es decir, la pobreza, endeudamiento y nulo crecimiento económico de su entidad… porque, según la lógica con la que piensa, todo esto no está íntimamente relacionado…

Según su propia explicación, tal gasto fue, en efecto, ejercido, pero no todo fue destinado a promover su propia imagen. De haber sido así, explica, no hubiera quedado nada para el gasto corriente de los trabajadores de comunicación social ni otras campañas propagandísticas. En otras palabras, no todo se usó en poner su cara por todas partes, también se gastó en la gente que coordina esa propaganda. Bueno, así no hay ningún problema, todo está bien, gober 🙂

Por su parte, Eduardo Aguilar, del PAN, que hace poco interpuso una demanda contra Velasco con motivo del ejercicio del presupuesto de comunicación, afirmó que, para inicios de diciembre de 2013, de los 124 millones de pesos aprobados para aquél rubro en la entidad, se habían reportado como ejercidos tan sólo 14, de suerte que 110 debían haber sido usados en los últimos 20 días de diciembre o bien, nunca haber sido declarados.

Toda aquella parafernalia propagandística nos había hecho pensar que el gobernador tenía pretensiones presidenciales para 2018, pero sus últimas declaraciones nos han desmentido de este malpensado juicio. En la misma entrevista, Velasco afirmó:

“Ya lo dije una vez a Proceso y lo vuelvo a repetir: A mí que me den por muerto para el 2018. Y si no es así me pueden calificar de mentiroso. Yo no aspiro a ser candidato presidencial, como tanto especulan”.

Así que no, no quiere ser presidente. Estemos todos tranquilos. Velasco no es ningún mentiroso 🙂

Vía: Proceso

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