El estado donde supuestamente no pasa nada, es el escenario del hallazgo de al menos 12 fosas clandestinas en cuyo interior fueron desenterrados los cuerpos de 31 personas, quienes presentaban marcas de golpes e impactos de balas.
Según el procurador estatal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, los cadáveres son el resultado de lo que en apariencia son crímenes recientes, ya que tienen marcas que sirvieron para determinar que su muerte sucedió con cuatro días y tres meses de “antigüedad”.
Según el diario El País, el hallazgo fue hecho después de que el pasado lunes se recibiera una llamada anónima notificando de la existencia de un cementerio clandestino en el rancho “El Diamante” propiedad de Laura Cano, hija del ex presidente del Consejo Municipal de Tres Valles, Fernando Cano. Ella y algunos familiares ya han declarado ante las autoridades correspondientes.
Aunque la desaparición de personas y el hallazgo de fosas clandestinas es una constante en Veracruz, el gobernador Javier Duarte se ha negado a pronunciarse al respecto de lo sucedido en Cosamaloapan: “No voy a emitir comentario, no diré nada del tema, no voy a hablar de eso”, dijo a reporteros cuando en Coatzacoalcos fue cuestionado.
No es la primera vez que en el municipio veracruzano son encontradas fosas clandestinas, apenas en enero vecinos de Cosamaloapan indicaron la existencia de otras dos: “La PGJ lo negó, pese a que familiares de los desaparecidos abarrotaron la sede regional de la Procuraduría para saber si entre los cuerpos estaban los de sus allegados”, señala Noé Zabaleta, periodista de Proceso.
Pese a la indiferencia de las autoridades y la seguridad que muestra Duarte para asegurar que en el estado que gobierna no se vive una situación de alarma a causa del crimen organizado, el investigador Alejandro Hope señala lo que las constantes muestras de violencia demuestra: “Veracruz es una zona de paso de migrantes [de Centroamérica hacia Estados Unidos], así como un corredor de droga, donde se dan fenómenos muy serios de secuestro, extorsión y algunas de peores violaciones a derechos humanos (…) Lo más preocupante es que el descubrimiento de todos estos cadáveres no produce ninguna reacción, no hay consecuencias”.