Después de casi dos décadas investigación, estamos frente a un trascendental momento para la humanidad. Se acaba de aprobar, esta semana, la primer vacuna contra el virus del Ebola, causante de una enfermedad mortal que ha cobrado miles de vidas en la historia reciente.
La vacuna está desarrollada por la compañía farmacéutica Merck y se llama Ervebo.
Esta semana Comisión de la Unión Europea le otorgó a Ervebo la autorización de ser comercializada y —mucho más importante— la Organización Mundial de la Salud (OMS) la aprobó para su uso en países de alto riesgo. “La vacuna cumple con los estándares de calidad, seguridad y eficacia”, señalaron las autoridades mundiales en un comunicado.
“Se cambiará para siempre la prevención del Ebola para siempre y podremos proteger a los más vulnerables”, comentó el Dr. Tedros Adhanom, director general de la OMS. “El desarrollo, estudio y aprobación de esta vacuna contra el Ebola demuestra lo que puede hacer la comunidad global cuando le da prioridad a las necesidades de las personas”.
La vacuna (que sí es inyectable) ha demostrado ser muy efectiva para proteger a las personas del Ebola Zaire, una de las cepas más mortales.
¿Y el precio?
Aunque no hay nada oficial, la farmacéutica Merck prometió que los países podrán obtenerla con apoyos de organismos internacionales al más bajo precio posible.
De hecho, esa es una de las cosas más impresionantes de la aprobación de la vacuna contra el Ebola.
Durante años se había pensado que no existía un mercado comercial para este tratamiento pues, regularmente, los países donde brota el virus del Ebola (Liberia, Sierra Leona, Guinea, Mali, Sudán o el Congo) son naciones de escasos recursos. Sin posibilidades de ganancias monetarias, se veía difícil que las gigantescas compañías dedicadas a la salud le invirtieran al desarrollo de una cura. Sin embargo, a pesar de los pronósticos, esta semana de noviembre, la humanidad avanzó una casilla.
La enfermedad por el virus del Ebola ha sido conocida desde 1976.
En esas fechas se dieron dos brotes simultáneos, uno en Sudán y otro en el Congo, cerca del río Ebola, de donde obtuvo su nombre. La cosa es que fue hasta 2014 cuando los trágicos alcances de la enfermedad consiguieron notoriedad mundial: en esos años se contagiaron cerca de 28 mil personas y al menos 11 mil perdieron la vida en África Occidental y Central.