El pasado lunes 27 de noviembre el rumor constante se materializó: José Antonio Meade Kuribreña dejó su cargo como secretario de Hacienda y Crédito Público para buscar la Presidencia de la República como candidato del PRI. El nada sorpresivo destape del funcionario estuvo acompañado de visitas televisadas a las bases del partido tricolor, coqueteos con vetustos liderazgos, una positivísima cobertura mediática, llena de halagos y piropos, que no se veía desde hace varios años y las felicitaciones —más a fuerza que de ganas— de los aspirantes que se quedaron como el chinito: “nomás milando”.

Las felicitaciones vinieron de priistas consabidos como Aurelio Nuño Mayer, José Narro Robles, Luis Videgaray Caso, Rosario Robles, Gerardo Ruíz Esparza, Enrique Ochoa Reza, César Camacho Quiroz, Emilio Gamboa Patrón y hasta el mismísimo Miguel Ángel Osorio Chong. De manera no tan sorpresiva, elementos de otra organización política comenzaron a cortejar al “supersecretario”, como lo han vendido varios de los medios de comunicación.

Una fracción panista, esos que se hacen llamar los “rebeldes”, dieron el visto bueno a la candidatura de Meade Kuribreña. En entrevista con el periódico El Universal, Ernesto Cordero Arroyo, presidente de la mesa directiva del Senado, afirmó que el Pepe Meade era la “mejor carta” que los priistas podían presentar y que este aspirante presidencial tiene “grandes posibilidades” de vencer a Andrés Manuel López Obrador en los comicios del próximo año. “José Antonio técnicamente es impecable, es honrado. Yo creo que el PRI mandó su mejor carta”, afirmó el senador panista.

Foto: Notimex

El panista Daniel Karam quien fungiera como director del Instituto Mexicano del Seguro Social durante la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, afirmó en su cuenta de Twitter que el ungido del PRI es “un gran servidor público, íntegro y eficaz”. El exfuncionario, además, indicó que Meade será un candidato atractivo para los que no necesariamente simpatizan con el PRI. “Tiene todas las características para ser un gran presidente”, sentenció Karam.

Por su parte, el senador Javier Lozano Alarcón, excompañero de gabinete del “supersecretario” durante el sexenio de Calderón, dijo este en entrevista con el comunicador Pascal Beltrán del Río que dentro del partido blanquiazul hay militantes que preferirían votar por Pepe Meade que por el candidato de la alianza propuesta por su propia organización. El exsecretario de Trabajo consideró que muchos miembros del PAN, entre los que se incluye, piensan en hacer válido el “voto útil” y decantarse por el tecnócrata en las elecciones de 2018; con esta decisión, afirmó, buscarían castigar a Ricardo Anaya Cortés, dirigente nacional panista, y al Frente Ciudadano por México por sus “absurdos populistas“.

Lozano Alarcón, uno de los políticos más identificados con el calderonismo, dijo que el agarrón del próximo año será entre Meade y AMLO, pero que el primero lleva ventaja a la hora de los debates y representa una opción más “atractiva”:

Nadie le va a ganar en los debates. El que debe estar aterrado con la idea de los debates es López Obrador. Sabe que se va a enfrentar con un auténtico académico que lo va a encuerar (…) la sociedad va a ir reconociendo en Meade ese estilo algo más deseable, que le dé paz, estabilidad, con un futuro más saludable, basado en el respeto a las instituciones (…) lo mejor está por venir. Creo que (José Antonio Meade) nos va a dar una sorpresa en la primera encuesta que se publique en los próximos días,  donde va a haber un empate entre uno y otro y poco a poco va ir sumando muchos liderazgos, aun cuando algunos priistas estén enojadones

El pasado 10 de octubre, Ricardo Anaya acusó al grupo de “rebeldes del PAN” de apoyar al “ciudadano simpatizante” del PRI y los bautizó como “paleros de Meade“. El líder panista indicó en una entrevista con Carlos Loret de Mola, horas después de la renuncia de Margarita Zavala, que los así llamados rebeldes le darían su respaldo a los priistas en los comicios del próximo año porque “amor con amor se paga” y los calderonistas, ante un eventual triunfo del “supersecretario”, se cobrarían más tarde el favor. De acuerdo con el periodista Genaro Lozano, “la renuncia del secretario de Hacienda para registrarse como (pre)candidato del PRI a la Presidencia significa también la revelación de que el PRIAN existe y de que hay un grupo que bien podría llamarse Todos Unidos Contra López Obrador (TUCOLO)”.

Y continúa: “Meade tiene el corazón tricolor y el alma blanquiazul. Su cercanía al matrimonio Zavala-Calderón le ayudó para ocupar dos Secretarías con Felipe Calderón. Su cercanía a Luis Videgaray lo proyectó para ocupar otras tres con Peña Nieto (…) más allá de su prianismo, Meade es también el candidato que el establishment esperaba. El tecnócrata que conoce a los actores que mueven la economía global, el funcionario profesional que es bien recibido en la OCDE, el Banco Mundial, el FMI y las cúpulas empresariales de México. Porque Meade da la confianza de que el país no se entregará al ‘populismo mesiánico’, de que persistirá el modelo económico que ha producido un crecimiento mediocre y que no ha reducido la desigualdad en México desde Salinas de Gortari”.

¿Rebeldes del PAN u obedientes del PRI?

En medio de toda esta rebatinga, siete gobernadores panistas se reunieron el pasado 27 de noviembre con Anaya Cortés para cerrar filas y acallar los rumores que señalan distanciamiento entre la dirigencia y sus miembros. Al encuentro no asistieron los calderonistas Carlos Mendoza Davis, gobernador de Baja California Norte, y Martín Orozco, de Aguascalientes. Tampoco Miguel Ángel Yunes Linares, de Veracruz, y Javier Corral, de Chihuahua.

Foto: PAN

El año se está terminando con el Frente Ciudadano pendiendo de un hilo, con una guerra encendida al interior del partido, la nominación de Meade como candidato y con fidelidades cambiando de un momento a otro.

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