Sarah Harrison, una de las más importantes colaboradoras de WikiLeaks, publicó hoy un posicionamiento en el sitio web tras ser anunciado con horas de anticipación en la cuenta de twitter de la organización.
En su comunicado, Harrison, quien ayudara a Edward Snowden a salir de Hong Kong y procesara su asilo en Rusia, hace un llamado general a no perder el valor de publicar las verdades que los estados ocultan y a proteger a aquellos que lo hacen, al tiempo que denuncia la inconsistencia de la ley antiterrorista británica y su falta de respuesta ante la solicitud de asilo de Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
A continuación traducimos el posicionamiento para ti:
POSICIONAMIENTO DE SARAH HARRISON:
Como periodista, he pasado los últimos cuatro meses con Edward Snowden, quien denunciara el espionaje de la NSA. El fin de semana, llegué a Alemania. Trabajé en Hong Kong como parte del equipo de WikiLeaks que negoció una serie de ofertas de asilo para Snowden y que negoció su derecho a solicitar asilo. Yo viajaba con él en el camino a América Latina cuando Estados Unidos revocó su pasaporte, dejándole varado en Rusia.
Durante los siguientes 39 días me quedé con él en la zona de tránsito del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, desde donde aplicamos judíricamente para pedir asilo a 21 países, entre ellos Alemania. Al final, aseguramos con éxito su asilo en Rusia, a pesar de una presión considerable por parte de Estados Unidos. Me quedé con él hasta que nuestro equipo estuvo seguro de que él se había establecido y estaba libre de interferencia de cualquier gobierno.
Mientras Edward Snowden se encuentra seguro y protegido hasta que su visa de asilo deba ser renovada dentro de nueves meses, aún queda mucho trabajo por hacer. La batalla a la que Snowden se unió contra la vigilancia de Estado y en pro de la transparencia gubernamental es la que WikiLeaks -y muchos otros- han estado luchando y seguirán luchando.
Las batallas de WikiLeaks son muchas: luchamos contra el poder inmensurable y los secretos del gobierno, publicando análisis y documentos por los afectados y proveyendo siempre al público la historia que le pertenece. Para ello, estamos luchando contra en casos legales en muchas jurisdicciones y encaramos una investigación sin precedentes sobre el Gran Jurado en Estados Unidos. WikiLeaks sigue luchando por la protección de las fuentes. Hemos ganado la batallada que se libraba por el futuro inmediato de Snowden, pero la guerra continúa.
Ya, en los pocos días que he pasado en Alemania, es alentador ver a las personas que se han unido pidiendo a su gobierno que haga lo que hay que hacer -investigar revelaciones de la NSA de espionaje , y ofrecer asilo a Edward Snowden. Estados Unidos no deberían seguir teniendo la posibilidad de continuar espiando a las personas en el mundo ni de perseguir a las que dicen la verdad.
Snowden está seguro en Rusia, pero hay quienes tienen denuncias y que son fuentes de información incriminadoras a las que esto no aplica. Chelsea Manning ha sido objeto de malos tratos por el gobierno de Estados Unidos y actualmente está cumpliendo una sentencia de 35 años por denunciar la verdadera naturaleza de la guerra. Jeremmy Hammond se enfrenta a diez años de prisión en Nueva York por la supuesta entrega a periodistas de documentos que exponen a empresas de vigilancia. Esperamos poder haber dado un mensaje contrario al de estos casos: que un denunciante puede decir la verdad y conservar su libertad.
Tácticas agresivas se están utilizando en contra de periodistas, editores y expertos que trabajan con mucho valor para traer la verdad al mundo. Glenn Greenwald , Laura Poitras y Jacob Appelbaum están en el exilio. Barrett Brown es acusado jurídico por denunciar prácticas no éticas de vigilancia. Mi editor, Julian Assange busca asilo debido a la amenazas de Estados Unidos, pero el Reino Unido se niega a permitirle este derecho, violando la ley. El gobierno del Reino Unido también detuvo a David Miranda bajo la ley de terrorismo del Reino Unido por colaborar con Laura Poitras y Glenn Greenwald.
La ley antiterrorista de Reino Unido define el ‘terrorismo’ como la acción o amenaza de acción ‘destinada a influir’ un gobierno ‘con el propósito de promover una causa política o ideológica.’ Esta ley prescribe como terroristas las acciones que interfieren con el funcionamiento de un ‘sistema electrónico’ (como el de la NSA) que el gobierno alegue que puedan crear un ‘riesgo’ a un sector de la población. Ha de tomarse como algo descabellado el sugerir que el periodismo en torno a la seguridad nacional, mismo que tiene el propósito de producir un gobierno honesto y hacer respetar derechos básicos, como la privacidad, deba ser llamado ‘terrorismo.’ Ésta, no obstante, es la interpretación de Reino Unido. De hecho, casi todas las historias publicada sobre los programas de espionaje de la NSA caen bajo el concepto británico de ‘terrorismo.’ Por este motivo, los abogados me han recomendado no volver a casa.
El trabajo de la prensa es decir la la verdad al poder. Sin embargo, por hacer este trabajo, somos perseguidos. Yo digo que estas tácticas agresivas e ilegales para silenciarnos (inventar interpretaciones jurídicas arbitrarias , cargos por exceso de celo y sentencias desproporcionadas) no deberían poder aplicarse con éxito. Me declaro en solidaridad con todos aquellos intimidados y perseguidos por llevar la verdad al público.
En estos tiempos de secretos y abusos de poder, sólo hay una solución: la transparencia. Si nuestros gobiernos están tan comprometidos que no pueden decirnos la verdad, debemos dar un paso adelante y denunciarlo, siempre con la prueba inequívoca que documentos de primera fuente esgrimidos por el pueblo puedan ofrecer. Si nuestros gobiernos no nos ofrecen esta información, debe tomarla nosotros mismos.
Cuando se presenten denunciantes, debemos luchar en su favor, de forma que muchos más tomen valor. Cuando estén amordazados, debemos ser su voz. Cuando sean perseguidos, debemos se su escudo. Cuando estén encerrados, debemos liberarlos. Darnos la verdad no es un crimen. Se trata de nuestros datos, nuestra información, nuestra historia. Debemos luchar para apropiárnoslo.
La valentía es contagiosa.
Sarah Harrison, miércoles 6 de noviembre de 2013, Berlín.
Vía: WikiLeaks