Saneie Masilela, un niño de 9 años, se casó con Helen Shabangu para complacer a sus ancestros por segunda ocasión.
Las cougar del mundo pueden estar felices, debido a que una historia de amor ocurrida en Sudáfrica las deja bien paradas. Saneie decidió hacerle caso a sus ancestros muertos, quienes de alguna forma lograron comunicarse con él a través de sus sueños y le ordenaron que desposara a su vecina Helen. La familia del niño pensó que no era correcto contrariar a la parentela oriunda del más allá y pidieron la mano de la novia para reanudar sus votos.
El bodorrio contó con 100 invitados, entre ellos los cinco hijos del primer matrimonio de Helen, que tienen entre 28 y 38 años. Evidentemente, esta unión no fue del agrado de todos los habitantes de Ximhungwe, la provincia de Mpumalanga, Sudáfrica, donde residen los protagonistas de esta historia, quienes casi en su mayoría presenciaron el enlace matrimonial (porque una cosa es no estar de acuerdo y otra hacerle el feo al equivalente de las carnitas y la barbacoa de Sudáfrica) y lo calificaron de asqueroso.
“Cuando sea mayor me voy a casar con una mujer de mi edad. Escogí a Helen porque yo la amo, pese a que no vivimos juntos o no la veo todo el tiempo, nos encontramos regularmente en el local donde ella trabaja”, declaró el joven novio.
Helen Shabangu afirmó que no tiene problemas con esta relación:
“Mis hijos y yo estamos felices porque no tenemos ningún problema con este matrimonio. No me importa lo que digan los demás. Un día de estos, Saneie crecerá tendrá su propia familia y nuevamente se casará algún día. Toda esta ceremonia es para hacer felices a los ancestros. Estamos jugando”, indicó Helen Shabangu y concluyó: “Estoy contenta porque el niño me eligió y mi familia entiende que esto es para estar bien con los espíritus”.
Así que, si conocen a una solterona empeñada en casarse, pueden sugerirle la estrategia de Helen y Saneie.
Dicen que para el amor no hay edad. ¿Ustedes que opinan?