‘La bajada es por atrás’, solían decir hace unos años, cuando alguien osaba a caerse en presencia de uno o varios testigos burlones. Esa frase fue la primera que me vino a la mente cuando vi la imagen del Rey Juan Carlos de España dando el azotón esta mañana.
Y es que últimamente, el pobre Rey no ha tenido la suerte de su lado desde que se le ocurrió ir a cazar elefantes a un safari en Botswana, y se fracturó la cadera. Su fiel pueblo y la crítica internacional, en lugar de preocuparse por su salud, lo tundió a críticas por andar matando animales salvajes y gastarse una fortuna en sus viajes privados, mientras España pasa por una grave crisis económica.
Meses después, cuando parecía que el Rey dejaba atrás toda esa marea, nuevamente dio un mal paso. Ocurrió en su visita a la sede del Estado Mayor de la Defensa, cuando después de pasar revista a los contingentes de los tres ejércitos y saludar al ministro Pedro Morenés y a otros cargos, quiso entrar al interior del edificio, no vio un escalón y dio el ranazo:
Pobre, es que ya no está en edad.
Apenas ‘chupó el Diablo a su majestad’, las autoridades y vasallos corrieron en su ayuda. Don Juan Carlos se levantó con mucho trabajo y continuó su accidentado andar como si nada hubiera pasado.
Para que no estén con el pendiente, su ‘majesta’ sólo sufrió un rozón en nariz y barbilla.