Esta jornada estuvo marcada por muchas sorpresas y por supuesto en mayor parte por el homenaje que le brindó el América al recién fallecido Christian “Chucho” Benítez. En el partido contra el Atlas, al minuto 11′, los asistentes aplaudieron durante un minuto.
Podríamos hablar de Héctor Mancilla, Carlos Ochoa y de nueva cuenta del “Tiburon Mayor” Ángel Reyna, como los mejores jugadores de la jornada, quienes despacharon con una buena cuota de goles e hicieron que sus equipos ganaran, pero la cosa va más allá al hablar de un delantero que este fin de semana causó conmoción y emoción; nos hace viajar al majestuoso Estadio Azteca.
No hablo de Narciso Mina; mucho menos de Raulito Jiménez, que todavía no logra despegar; o Sambueza; sino del misticismo y las ganas que por terrible que suene, la muerte de Benítez le trajo a las Águilas, que desde media semana se unieron como equipo y advirtieron que el triunfo iba dedicado al ecuatoriano y lo cumplieron.
Comenzó el partido y todos estábamos nerviosos por lo que iba a pasar, había sentimientos a flor de piel entre los americanistas, podíamos ver en las redes sociales como se movilizaba la gente para que los aplausos de los que se había hablado, funcionaran a la perfección.
Justo al minuto 10′ del primer tiempo, la voz del sonido local hizo la llamada para que todos comenzaran a ponerse listos y así fue, pasaron los segundos y la gente comenzó a corear el nombre del jugador, algunos jugadores voltearon al cielo y seguro se despidieron de su compañero y amigo.
Muchos nos escribían que hay cosas más importantes en el país, que a diario mueren inocentes a manos de la delincuencia organizada y estoy totalmente consciente de eso, pero no debemos de olvidar que el futbol es un deporte que mueve a las masas y ante eso, nosotros no podemos hacer otra cosa que informar, así como lo hacemos con los otros temas.
Es por eso que en forma de homenaje y para cerrar este capítulo en la historia del deporte con más seguidores en el mundo, decidí darle este último premio al goleador de Coapa y a quien creo que debemos dejar descansar. Se ha hablado de él toda la semana: “que si murió de peritonitis” o “que fue por una negligencia médica”, en fin muchas teorías, que por más vueltas que le demos no solucionan nada.
La muerte -de quien sea- es de las noticias que más morbo causan y por supuesto que más venden, pero hay momentos en los que tenemos que dar vuelta a la página y saber que el ser que se fue no podrá estar más con nosotros, que resignación tiene que llegar y que la vida tiene que seguir… esto es el ciclo sin fin.
Simplemente hay que decir adiós a uno de los jugadores más grandes en la historia de uno de los clubes más grandes y, por supuesto, uno de los mejores delanteros que vinieron al futbol mexicano. Que en paz descanses, “Chucho”, te lo dice un fiel seguidor del acérrimo rival: las Chivas.