Hoy no es un lunes cualquiera…

Hoy, creo que muchos abrimos los ojos con la esperanza de que todo lo vivido en las últimas horas se tratara de un mal sueño. Si ayer disfrutamos de la “Fiesta de la Democracia”, hoy estoy cierto de que muchos sentimos que la resaca nos ha dejado confundidos y llenos de sentimientos encontrados. Sin embargo la democracia no se trata de que gane quien queremos, sino de reconocer al que la mayoría eligió, y al parecer, la mayoría habló.

¿Duele? Sí, sin embargo más allá de tirarnos en un mar de lágrimas y de plantear escenarios catastróficos, creo que la virtual victoria de Enrique Peña Nieto (y el regreso del PRI a la Presidencia de la República) debe servirnos como enseñanza, más que para lamentarnos como una caída.

¿Por qué?

Personalmente, creo que esto nos tiene que decir algo a todos, comenzando con los que tuvieron la oportunidad de cambiar las cosas y envueltos en la bandera de la democracia, literalmente lograron que la mayoría de electores decidieran regresar al partido que nos gobernó durante más de 70 años;  y me niego como individuo y ciudadano a aceptar que este proceso termina con una elección; sino por el contrario quiero creer que la ‘ciudadanización’ de la política apenas ha comenzado, gracias, en gran parte, a lo vivido en los últimos meses.

¿Qué nos deja el 1 de Julio?

Un total agradecimiento a chicos como los del Movimiento #YoSoy132 que de manera inesperada, nos abrieron los ojos en un momento donde todos parecíamos destinados a dejarnos arrastrar por la corriente, y pese a los múltiples intentos por desacreditarlos, con su dedicación y compromiso nos enseñaron a levantar la voz y organizarnos como sociedad civil en un ejercicio que hace mucho tiempo no veíamos, no por un partido, ni por un candidato, sino por un México mejor. Y si, pudieron dar bandazos en el proceso, pero, si realmente alguien cree que pudo haber hecho algo mejor de lo que hasta el momento han hecho ¿¡Por qué en vez de decirlo, no lo hizo!? Podemos estar con ellos, o no, pero lo que me parece inadmisible es tratar de encasillarlos y etiquetarlos con una bola de calificativos, prejuicios y menosprecios que suficiente daño ya le han hecho a este país.

Fueron meses complicados, donde muchas relaciones de amistad, laborales e incluso familiares, se vieron raspadas por estériles discusiones “políticas”, en las que inconscientemente se navegaba con la bandera de “soy tolerante, hasta que me dices que no votarás por el candidato por el que yo quiero que votes”; pero dejando las elecciones a un lado, ¿no creen que llegó el momento de reconciliarnos y  unirnos por un bien común? Reconciliémonos, aceptémonos, respetémonos y ayudémonos. Si no lo hacemos nosotros mismos como individuos, ¿entonces quién? ¿vamos a esperar otros seis años con la vaga esperanza de que los partidos o sus candidatos signifiquen el “cambio” que tanto añoramos en un sistema por demás obsoleto, que al día de hoy nos sigue polarizando y dividiendo?

Hablando de la llamada “Fiesta de la Democracia”, me quedo con un mal sabor de boca. No por los resultados, ni por nada que tenga que ver directamente con las votaciones o los resultados, pero si ante la indiferencia mostrada por las autoridades correspondientes ante las constantes denuncias de irregularidades electorales cometidas por TODOS los partidos. ¿De verdad creen que con decirnos que denunciemos a la FEPADE ya hicieron su chamba?

Hay un sin fin de irregularidades plenamente documentadas sin que ninguna autoridad electoral se tome el tiempo y la delicadeza de siquiera mencionarla dentro de sus discursos triunfalistas.

Durante todo el domingo, en medio del bombardeo de llamadas y mensajes telefónicos del Partido Verde ‘invitando’ a votar por ellos, traté de recordar alguna sanción ejemplar que se haya impuesto a aquellas figuras que cometen delitos electorales. Y no encontré ninguna, más allá de la clásica multa millonaria con la que se suele ‘castigar‘ a los partidos infractores, multa que, adivinen, se termina pagando con nuestros impuestos.  Sin embargo, para cuando se castigan esos delitos, el daño de todas estas anomalías está hecho, la elección y su resultado suele ser validada mucho antes de que el IFE, el TRIFE la FEPADE y toda las demás instituciones se pongan de acuerdo y decidan ‘castigar’ a los partidos que a todas luces coaccionan votos; haciendo de esto, un sistema que prácticamente incentiva a cualquier partido/alianza a pasarse por donde mejor les plazca la ley electoral, y es entonces donde uno se pregunta ¿De qué sirve tanto esfuerzo, tiempo y dinero invertido, si al final, los propios partidos terminarán haciendo lo que se les pega la gana, a sabiendas de que dificilmente enfrentarán una sanción costosa, como podría ser el perder su registro?

A mi humilde parecer, esa es una de las cosas que con mayor urgencia debe atender el IFE, junto con el sospechosísimo tema de las encuestas, las cuales, sin lugar a duda deben seguir existiendo como ejercicio estadístico, pero no como un medio a través del cual se pueda manipular el sentido del voto. Ya si le seguimos, igual le podrían echar un ojo a esas mañosas alianzas que suelen hacer los partidos “chiquititos” con tal de asegurar su registro y poder seguir haciendo de las suyas por otros seis años; y si le seguimos, probablemente se debería discutir abiertamente el sistema que permite a un candidato convertirse en Presidente de la República, aún y cuando la mayoría de votos no hayan sido para él. ¿No sería momento de considerar un sistema de votación alternativa y/o votación por vueltas, en donde el Presidente sea elegido literalmente por la mayoría de votos?

Sea cual sea el “resultado oficial”, 1° de Julio no puede dejarnos a la deriva, sino por el contrario debe servir para abrirnos los ojos y ver que la única manera en la que podemos avanzar, es si caminamos todos de la mano. Si nos respetamos, nos apoyamos y nos comprometemos, no con nuestros hijos, esposa, padres o hermanos, sino con nosotros mismos. El cambio no es uno, el cambio somos todos y si no podemos unirnos en esta coyuntura, ¿entonces cuándo?

En 1998, los Manic Street Preachers editaron esta canción inspirada por la Guerra Civil Española; con una letra más que cierta y dolorosa:  If you tolerate this, then your children will be next…

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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