Foto: Sopitas.com

 

El día de su muerte, Fernanda Sánchez Velarde fue encontrada colgada en su casa, con las venas cortadas y brutalmente golpeada. Le rompieron la nariz, la quijada, tenía golpes en la cara, rodillas y codos, “como si la hubieran arrastrado”, describe Magdalena Velarde, madre de la víctima de este feminicidio.

Como familia, cuando (murió) Fer, nos morimos con ella.. pero nos levantamos porque nosotros queremos justicia”, a cinco años del asesinato de Fernanda, su familia mantiene la fuerza para decir estas palabras, para contar lo que sucedió el 4 de enero de 2014.

Entre fotografías, cruces color rosa y morado con el nombre de su hija, así como fotocopias de una carpeta de investigación, Magdalena nos guía para darnos una imagen más precisa de Fernanda.

Foto: Especial

“Lo quisieron pasar por un suicidio, pero no”

A comienzos de 2014, Fernanda Sánchez Velarde vivía con su esposo en Cuautitlán Izcalli, municipio del Estado de México. Tenía 18 años, un hijo de casi dos y cuatro meses de embarazo. Por motivos de violencia quería separarse de su pareja.

Pero esto no sucedió.

En un principio, el hecho de que el cuerpo de la joven permaneciera colgado, apuntaba a un suicidio. Sin embargo, las contradicciones de esta escena —¿cómo pudo tratarse de un suicidio si la joven presentaba golpes?— fueron evidenciadas por las mismas autoridades.

Foto: Especial

“En ningún momento nos dejan entrar, pero el comandante de ahí me empieza a hacer una pregunta… que dónde había visto yo un muerto que se cortara las venas y yo le pregunté ‘¿por qué?’ Y ya me empieza a decir que a mi hija le cortaron las venas después de muerta”.

La carpeta del caso de Fernanda Sánchez salió como homicidio. Pero la familia Sánchez Velarde no quedó convencida y ha luchado por una investigación adecuada, hasta llegar a la reclasificación del caso como feminicidio.

“Me dijeron que ni le moviera porque si no, iba a haber otro muerto en mi familia. Entonces, yo me empiezo a dedicar a marchas, a ver a activistas (…) porque las autoridades me ponían el pie para que yo no hiciera nada”.

De acuerdo con la mamá de Fernanda, hay varias deficiencias en este caso. Desde la atención de las autoridades en los ministerios del Estado de México, la negativa para entregar información de la carpeta de investigación, el cobro de las copias fotostáticas, hasta la falta de ayuda para una importante víctima colateral del asesinato de Fernanda: su hijo.

“Estoy luchando para que nos regresen al (hijo) de Fer… él nos platica que sufre mucha violencia, cuenta Magda que la custodia del niño la tiene su yerno, a quien su hija dejó por un tiempo como consecuencia de la violencia física que sufría. Sin embargo, regresó con él para encontrar su destino final.

Las otras víctimas

La familia comenzó a recibir amenazas, y el 27 de mayo de 2017, Daniel y José Alberto, hijos de Magda, fueron “levantados” tras asistir a una fiesta en el Estado de México.

Sus hijos fueron encontrados con signos de violencia, y ella acusa que se trató de una represalia por exigir justicia.

Las autoridades —ausentes en el caso del feminicidio de Fernanda— tampoco le indicaron las posibles causas del homicidio de sus hijos.

Magda, su esposo y sus nietos, intentaron recomenzar ahora como desplazados, pues abandonaron su hogar por cuestiones de seguridad. En el camino, la familia recibió el apoyo de una activista para reclasificar el caso de Fernanda como feminicidio, asunto que sigue en proceso con casi 80% de avance, según Magdalena.

“No somos números, somos seres humanos”

“Estamos en una verdadera ruina. Lo perdimos todo. Tuvimos que salir de nuestro domicilio por la seguridad de mi familia”.

Ante el panorama adverso, la familia Sánchez Velarde intenta avanzar en el caso con la poca ayuda que le brinda el Estado: “Me dan unos mil 500 pesos que son para los pasajes, para las audiencias y todavía nos piden facturación para comprobar los gastos, cuando en una combi o en el metro no nos dan facturas”.

Foto: La Jornada/René Ramón Alvarado

Magdalena Velarde envía un mensaje a la sociedad ante los feminicidios: “No somos números, somos seres humanos… que nos vean como seres humanos a quienes nos quitan lo más valioso”.