Con eso de que le gritaron en su tierra natal… y luego algunas encuestas aseguran que el respetable le bajó 20 puntotes de su nivel de aceptación, AMLO apechugó y señaló que, efectivamente, su figura se ha desgastado un poquito… pero, de eso a que la gente ya no lo quiera, pues no.
Respecto al desgaste de su imagen, AMLO señaló que esto se debe –sobre todo– al combate a la corrupción. Es decir, su figura no es bien vista entre la banda que él considera “conservadora”, la cual se ha encargado de hacerle ruido al chicharrón… y de ahí su bajón en las encuestas.
“Están molestísimos, no los calienta ni el sol, y desquiciados. No les gusta que se haya terminado con la condonación de impuestos, no les gusta que se considere delito grave la facturación falsa, que se haya aprobado lo de la extinción de dominio porque robaban y podían ir hasta la cárcel, pero luego salían y les devolvían todos sus bienes”, señaló AMLO durante su conferencia mañanera.
Sin embargo, señaló el presidente, ese desgaste de su imagen no es “significativa” y mucho menos “preocupante”. Según el mandatario, todavía siente el amor del pueblo (aunque en Tabasco no se notó tanto) y augura que seguirá de esa manera. De no ser así y llegar a niveles de desprecio alcanzados por expresidentes, entonces sí podría pensar en ya mejor llegarle…
“El día que el pueblo no me quiera, ese día voy a llorar y me iré a Palenque, Chiapas, no voy a estar como algunos presidentes que tienen 10, 15 o 20 por ciento de aprobación y ahí están. ¿Cómo va uno a gobernar así si no tiene respaldo de los ciudadanos?”
Respecto a lo sucedido el domingo en Macuspana, Tabasco, AMLO reiteró que las muestras de descontento fueron, más que otra cosa, expresiones de “politiquería”… y, como él ya había advertido, cuando noté eso en sus presentaciones, intervendrá:
“Si no digo nada, estoy aceptando y tolerando algo que considero, no ayuda y yo siempre digo lo que pienso, mi pecho no es bodega. Debe hacerse a un lado todo eso porque vamos a un acto, informamos”.