¿Qué tal su fin de semana? En algunos puntos de la Zona Metropolitana hubo quienes se aferraron en armar la fiesta pese a la Fase 3 de coronavirus. Sin embargo, poco les duró el gusto, pues las denuncias ciudadanas no se hicieron esperar y las autoridades se encargaron de desmantelar las fiestas, como sucedió en Ecatepec, Estado de México.
Además de los XV años cancelados en la alcaldía Iztacalco, en Ecatepec se desmantelaron cinco fiestas clandestinas —y todo gracias a las denuncias ciudadanas. Va la historia.
Ecatepec
Todo sucedió entre el 24 y 25 de abril. De acuerdo con la Presidencia Municipal, uno de los eventos reunió a cerca de 200 chavos en la colonia Llano de los Báez —“muchos de los cuales consumían bebidas alcohólicas e incluso drogas”, enfatizó el municipio mexiquense.
“A pesar de la contingencia por la Fase 3 del COVID-19, que sólo permite actividades esenciales, los organizadores instalaron una carpa en la calle y con equipo de sonido iniciaron el festejo clandestino, que puso en riesgo la salud de los asistentes”, explicó en un comunicado la Presidencia Municipal de Ecatepec.
De inmediato, el personal de las direcciones de Protección Civil y Seguridad Pública, la Contraloría, Jurídica y Consultiva se lanzaron para retirar a los jóvenes, quienes al inicio se opusieron al desalojo —hasta que al final, agarraron la onda y se retiraron.
En las colonias Guadalupe Victoria y Héroes de Ecatepec Primera y Segunda secciones así como en la Veleta, la situación no fue muy distinta, ya que los organizadores se dieron a la tarea de montar carpas y colocar sillas en la vía pública.
Ante este escenario, los trabajadores del municipio tuvieron que desmontar el show y llevarse el equipo de sonido, recordándole a los asistentes que en estas reuniones se juegan la vida. ¿Por qué?
Va de nuez: los festejos con más de 50 personas son el escenario idóneo para los contagios, ya que el contacto físico es más directo, todo mundo se olvida de Susana Distancia y las medidas higiénicas no son las mejores.
Finalmente, esta situación no hay que echarla en saco roto, pues nos encontramos en la etapa más álgida de la transmisión de coronavirus, los casos registrados son más y los contagios se dan con una mayor rapidez. Esta fase también ha implicado el riesgo en la saturación de los hospitales públicos —y privados como lo vimos la semana pasada.