“Una pena que a un jugador tan talentoso no le suba el agua al tinaco”

 “Otro jugador que no le tiene amor a su país”.

“Lo que daría Falcao por tener un lugar en Brasil”.

“Al fin que no hace falta”.

“Pinche chamaco malinchista, sin huevos, ni que fuera el salvador de la selección”.

Son tan sólo algunas de las reacciones que se pueden leer en Twitter tras oficializarse la negativa de Carlos Vela para formar parte de la selección nacional de fútbol que disputará el Mundial de Brasil 2014.   A estas alturas del día, todos tenemos a algún conocido que en estos momentos está más que indignado ante la “grosería” del delantero de la Real Sociedad, sin embargo, creo que hoy más que nunca admiro y respeto a Carlos Vela.

De entrada, creo que debemos de olvidarnos de cualquier mamarrachada populachera:  Ni Carlos Vela ni ningún otro jugador “está representando a México”.  La selección nacional es un equipo representativo de la Federación Mexicana de Fútbol, que a final de cuentas es una entidad privada, que se maneja con sus propias reglas y obedece a sus propios intereses, buenos o malos, pero suyos al fin y al cabo.  De ahí que me parezca absurdo (por no decir aberrante)  que en pleno 2014 haya personas que se indignen y tachen de “mal mexicano” o “traidor a la patria” a un simple futbolista que se niega a jugar con la selección; mientras tenemos a cientos de políticos corruptos (a todo nivel) ¡haciendo de las suyas como si nada!

Y no es que sea obvio, pero de alguna forma, no dejan de conflictuarme los chantajes que sacan algunos para condenar la decisión de un jugador, como el “Lo que darían Falcao, Ibrahimovic o Lewandoswski por tener un lugar en Brasil”.  ¿Neta?

Carlos-Vela-Real-Sociedad

La realidad es que nadie puede saber lo que podrían dar dichos jugadores, porque nadie más que Carlos Vela sabe los motivos que lo han llevado a tomar esta decisión.  Y por motivos, no quiere decir que exista algo realmente turbio detrás de ello (conociendo nuestro balompié no sería cosa rara) pero en una de esas, los motivos de Vela terminan siendo mucho más simples, y no por ello menos respetables.

De ahí que lejos de molestarme, el anuncio de Carlos Vela me sirvió más para respetarle, y es que seamos honestos, muuuuuy pocas personas en este planeta podríamos decir “NO” a la tentación de disputar una Copa del Mundo con su selección.  Más allá de la ilusión deportiva de medirse con los mejores jugadores del planeta, el mundial también esconde otros  atractivos, como el poder mediático que te puede convertir en el nuevo ídolo (o en este caso villano) de toda una generación, la oportunidad de ganar millones de dólares por patrocinios o la simple adoración de propios y extraños por el hecho de ser “seleccionado nacional”.  Para algunos, el negarse (por cualquier razón) a todo esto puede sonar “estúpido” o “incomprensible”, pero ¿acaso no era justo esta clase de honestidad la que suplicábamos al “Chiquis” García en Alemania 2006?  ¿Y al Bofo Bautista y el Guille Franco en Sudáfrica 2010?

Guille-Franco-Sudafrica-2010

Desde que tengo uso de memoria, recuerdo a todos los expertos de televisión quejarse una y otra vez porque el “futbolista mexicano es un tibio y agachado”,  así es como hemos visto humillaciones ir y venir con el “Pacto de Caballeros” y cosas por el estilo sin que nadie levante la voz, y no estoy insinuando que la decisión de Vela haya sido una protesta ante alguna situación con la Federación, pero si algo debemos aplaudirle al delantero de la Real Sociedad es el valor para soportar toda clase de presiones para unirse al Tricolor, y por supuesto, la congruencia para mantenerse  firme con su decisión durante todo este tiempo.

Tal vez sea muy pronto para saberlo y sobre todo muy inocente de mi parte el decirlo, pero esta simple acción de Carlos Vela puede convertirse en  un gran precedente para que los futuros jugadores de nuestro país sepan que pese a lo poderosa que puede ser la maquinaria del fútbol mexicano, al final son ellos quienes tienen el poder de decidir y dentro de esa decisión, también se puede decir que no y seguir adelante.   Hoy, quienes afirman que Carlos Vela tiene “pocos huevos”, se equivocan, pues para decir que no, se tiene que asumir las consecuencias y el delantero parece estar dispuesto a eso y más, con tal de respetar su decisión, pero sobre todo, a sí mismo y eso no lo hace más o menos mexicano.

Decio-De-Maria-Justino-Compean-Federacion

Todo mundo tendrá sus versiones para justificar la negativa de Vela:  que si está enojado por aquella sanción a la que se hizo acreedor en la famosa pachanga de Monterrey, que si no quería al técnico, que si le caen gordos los directivos de la federación, que le caen mal algunos jugadores,  que no le gusta viajar en avión y un largo etcétera. La única razón sólo el la sabe y sinceramente no tiene siquiera por qué dar explicaciones.

Hoy lejos de criticar,  me parece que hay que aplaudir a Carlos Vela, no por su capacidad física ni por los goles que anota, sino por el simple hecho de mostrarnos que en esta vida, puede haber cosas relevantes, pero nada tan importante como mantenerse fiel a uno mismo.  ¡Crack!

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