Las protestas hechas por las habitantes de favelas en Copacabana son la punta de las denuncias que se han hecho en torno a la policía de Rio de Janeiro.
Después de sepultar a un popular bailarín asesinado el lunes pasado a manos de la policía brasileña, nuevamente las calles de Rio de Janeiro son el escenario de confrontaciones entre manifestantes y autoridades.
El asesinato del bailarín Douglas Pereira, de 25 años, ocurrió el lunes pasado cuando la policía realizó un operativo en el barrio de Pavão-Pavãozinho –donde vivía Pereira-, según las autoridades, la muerte se debió a una hemorragia interna provocada por una “laceración pulmonar”; la policía señaló que ese tipo de heridas era propia de caídas de alturas considerables.
Sin embargo, testigos desmintieron a los agentes: “no se cayó del muro. Estaba muy golpeado, con marcas de golpes en la espalda y las costillas”. José Mariano Beltrame, secretario de Seguridad de Río, informó que Douglas Pereira murió a causa del impacto de una bala y no de una caída como se comentó. Los oficiales están siendo investigados.
“Nadie los invitó. Esto era un homenaje para DG. ¿Por qué están aquí si no queremos confrontación? ¿Quién envió a estos hombres acá? ¿Mataron a mi hijo y vienen? Me dan asco, repulsión”, comentó la madre de Douglas, al notar la presencia de la policía en los funerales y homenajes de su hijo.
La mayor confrontación se dio cuando los contingentes regresaban del cementerio: bloquearon calles de Copacabana y gritaron consignas contra la policía. Debido a las protestas, muchos establecimientos decidieron cerrar sus puertas para evitar quedar atrapados en un campo de batalla similar al que se presentó el martes pasado.
Aunque la policía se ha comprometido a investigar y determinar si hubo elementos de seguridad implicados en la muerte de Douglas, las protestas reclaman la forma en que son catalogadas las favelas. “La policía considera a la población como enemigos. Se ha convertido en una guerra urbana”, señaló la madre de Douglas.
Pese a que ya son varios los avisos de alerta respecto a la seguridad que se ofrecerá en Brasil a pocos días de celebrarse la Copa Mundial, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, negó que la competencia esté “en peligro” por la violencia. “Creemos que la violencia no va a llegar a la Copa del Mundo”, comentó.
Sin embargo, expertos como el sociólogo del laboratorio de análisis de la violencia en la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), Ignacio Cano, refirió respecto a la imagen que se quiere ofrecer de Brasil como lugar seguro: Esa imagen se viene un poco abajo cuando en mitad de Copacabana tenemos muertes, manifestaciones, destrozos, gente que no puede salir a la calle”.
*Vía O Globo, que.es /Fotografías: Bruno González (Agencia O Globo)