Si hay algo que nadie puede poner en duda es que Justin Timberlake es un buen músico. Una carrera en solitario de más de 10 años es la prueba perfecta de que este hombre lo puede todo: canta, baila, produce, compone y lo hace muy bien. Sin embargo, hay episodios en la vida de un artista en las que las cosas no salen tan bien, o mejor dicho, no causa el impacto positivo que sus trabajos anteriores.

El ejemplo perfecto es Eminem. Es un buen rapero, hace grandes rimas, es rebelde… pero su último disco no refleja nada de eso. Lo mismo ha sucedido con Justin Timberlake y su álbum, Man of the Woods.

Antes de comenzar a hablar (no criticar) este nuevo disco, hay que dejar muy en claro que si algo no le faltó, es calidad, originalidad e innovación. Si escuchamos cada una de las 16 canciones que lo componen, descubrimos que Timberlake no le tiene miedo a la música ni a la oportunidad de regalar algo que se sale completamente de su zona de confort pero poco comprensible. 

De repente, y sin previo aviso, sonidos futuristas incomprensibles como en “Filthy” para de repente regresar a esos tintes de R&B que de repente tiene en “Man of the Woods” y luego pasar a algo más country con “Flannel” (con una enorme sorpresa después del minuto tres) o “Say Something”, la colaboración que realizó junto a Chris Stapleton. En otras palabras, el disco no tiene continuidad,. 

Ahora bien. Algo muy similar hizo Bruno Mars con 24K Magic, el disco del año según los Grammys. Cambió completamente su sonido y su imagen con cierta continuidad en todo el disco. No sucede lo mismo con Timberlake. Man of the Woods podría ser un disco que reúne las “esenciales” de una larga carrera en la industria de la música, y si escucha desde esta perspectiva y no como lo más nuevo del cantante, el disco se puede disfrutar de otra manera.

Hay grandes canciones que demuestran, como mencionamos en un principio, que Justin es un buen músico y por encima de todo un muy buen cantante. “Higher Higher” es una de esas canciones que automáticamente te ponen de buenas (y hasta un poco sensual) que no llega a un “Señorita”, pero tampoco le pide nada. “Wave”, la siguiente canción del disco, es otra razón para aplaudir este nuevo disco que llega en una época en la que el pop ya no es el máximo género y ha sido reemplazado por el hip hop y el rap (cof cof, Kendrick Lamar).

Por ahí aparece una muy buena colaboración con Alicia Keys llamada “Morning Light” y, si se puede decir que el disco tiene una (o dos) “mejor canción”, definitivamente esa(s) sería(n) “Montana” con un nombre engañoso que nos haría pensar en que se tomó en serio el ‘woods’ y “Breeze Off the Pond”.

Volvemos a lo mismo: Man of the Woods no es un mal disco, pero tampoco es algo que nos recuerde al Justin Timberlake que salió de *NSYNC y revolucionó la música al ser nombrado en varias ocasiones como un Michael Jackson de la música. ¿Merece una oportunidad? Definitivamente y más si consideramos que su próxima presentación en el Super Bowl promete ser lo que Justin siempre hace: un show en el que no deja de bailar ni cantar (y sí, canta muy bien).

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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