A pesar de que muchas festividades comunes en México han terminado (por ahora), este mes se considera muy especial debido a que por estas fechas se celebrará el Día Internacional de los Museos. Muchos recintos del gobierno federal, a través del Instituto Nacional de las Bellas Artes y del Instituto Nacional de Antropología, así como muchas otras salas de exposición en la ciudad, se han unido para honrar la bella costumbre de sembrar cultura a las personas.

Dicho festejo empezó desde el pasado 11 de este mes y se extenderá hasta el 31, pero el próximo jueves 18 será el principal. Si tenían pensado hacer una que otra visita a un lugar interesante, entonces eligieron la temporada correcta, porque muchos estarán abiertos a su querido público.

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Por ese y otros motivos, queremos hacer nuestro humilde aporte hablando acerca de un lugar que posiblemente no hayan visitado antes y que tiene gran relevancia por un simple motivo: es el primer museo que existió en todo el país. Estamos hablando del Museo de Historia Natural de México, cuyo origen data de aquella época en que estas tierras aún eran conocidas como la Nueva España.

Contemos la historia del primer museo de México

Todo comenzó en 1787, cuando Carlos III decidió enviar a una comisión de estudiosos naturalistas para recolectar plantas, animales y minerales de lo que entonces era la Nueva España. Varias de estas expediciones sirvieron como una secuela de las políticas que se impartían en Europa durante los siglos XVII y XVIII, que básicamente dictaban la realización de investigaciones de historia natural.

En resumen, por esas fechas se creaban un montón de sociedades, academias, jardines botánicos, gabinetes y todo tipo de organizaciones que trataran de educar al prójimo acerca de la historia de la naturaleza. Una de las más conocidas en la historia es la que formó el naturalista español José Longinos Martínez.

Para 1790, en la calle de Plateros número 89, en el centro de nuestra capital, se inauguró el Gabinete de Historia Natural: un espacio que hasta ahora es considerado como el primer museo público que existió en este país. Desde que abrió sus puertas, el recinto dedicó tiempo y esfuerzo a la exhibición de la flora y fauna que había coleccionado en aquellos tiempos, así como la muestra de diversos instrumentos científicos de aquella época.

El objetivo principal de éste sitio era juntar un diverso grupo de elementos de la naturaleza que se gestó en el siglo XVI, que eran el resultado de las expediciones antes mencionadas junto con las de años posteriores. Con el tiempo, el lugar se enriqueció con gracias a generosas donaciones de personajes como Fausto Fermín Delhuyar y José Antonio Alzate Ramírez.

Más tarde, dicho espacio fue desintegrado tras la muerte de su fundador en 1803. Durante la Guerra de Independencia en 1810, los numerosos saqueos que provocó aquella lucha terminaron con su completa disolución. Gran parte de las maravillas encontradas en el recinto se perdió y lo que pudo salvarse, terminó repartido en distintos locales.

El legado de aquel lugar

Pasaron unos cuantos años y en 1825, por decreto del presidente Guadalupe Victoria, se fundó el Museo Nacional Mexicano; un sitio que recupero lo que se pudo rescatar del antiguo museo. Luego llegaron los tiempos de Juárez y las instalaciones incrementaron su acervo, instalándose así como sede de la Sociedad Mexicana de Historia Natural.

Para cuando llegó Porfirio Díaz, el museo creció de manera considerable y se dividió en tres departamentos, entre los cuales estaba el de Historia Natural. Fue hasta 1913 que el departamento volvería a tener su propio museo individual, esta vez ubicado en el Palacio de Cristal (que antiguamente fue el Pabellón Japonés), en la calle Chopo número 10, en Santa María la Ribera.

No todo fue fantástico para el lugar, porque también experimentó por un periodo de abandono que concluyó con su clausura a principios de los años 60. Fue hasta la presidencia de Adolfo López Mateos que éste se reinauguró un nuevo Museo de Historia Natural en el Bosque de Chapultepec.

Fotos del Museo de Historia Natural

El maravilloso espacio ha logrado mantenerse abierto hasta nuestros días y, si se animan a darse una vuelta, podrán admirar su vasta colección de especímenes de animales; incluso podrán ver una réplica de la osamenta de un dinosaurio del periodo jurásico, que fue obsequiada en 1928 por la viuda de Andrew Carnegie, quien fue promotor y patrocinador de muchísimas excavaciones paleontológicas, así como varios proyectos que se desarrollaron en el siglo XX.

Exposiciones que no te puedes perder

Aprovechando que ya hablamos de la historia del Museo de Historia Natural, ¿por qué no darse la vuelta por unas cuantas exposiciones? Por eso mencionaremos de manera breve algunas de las que definitivamente no se deben perder en estas fechas.

Ventus. Viento, movimiento y vida

Una exposición que se conforma por imágenes cuyo único objetivo es el de presentarnos los aspectos más importantes del viento: procesos biológicos de diversos organismos, su relevancia en la regulación del clima y su postura como fuente energética de la humanidad.

Mural de Diego Rivera: el agua, origen de la vida

Este increíble mural se puede encontrar en el interior del Cárcamo de Dolores, un edificio localizado en la Segunda sección del Bosque (igual que el Museo de Historia Natural). Aquí la temática principal se centra en la importancia del agua en la evolución de la vida en la Tierra; todo basándose en la teoría del biólogo Alexander Oparin.

Evolución humana, una mirada a nuestros orígenes

Les recomendamos que se den la vuelta por este módulo, ya que presenta varios aspectos biológicos básicos que fundamentan y explican la teoría de la evolución humana. A la vez, buscan responder a diversas preguntas que se han generado a lo largo de nuestra historia, como cuándo surgió nuestra especie, qué relación existe entre el ser humano y el chimpancé o las especies con las que convivimos en el pasado.

Colección Científica de Insectos

¿Son del grupo selecto de personas que no siento miedo o asco por los insectos? En ese caso deben darse una vuelta para ver la gran variedad de ejemplares que posee el museo. Ésta se divide en dos tipos de acervos científicos: la colección de exhibición y la colección de insectos.

¿Se darán una vuelta al Museo de Historia Natural? Sólo recuerden que éste abre sus puertas de martes (día con entrada libre general) a domingos de 10 de la mañana a 5 de la tarde. También es vital saber que los adultos mayores, personas con discapacidad y niños menores de 3 años, pueden entrar de manera gratuita.

En caso de que quieran saber los detalles de costos o visitas guiadas, pueden hacerlo dando clic a este enlace.

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