La organización de un evento deportivo de la magnitud de unos Juegos Panamericanos u Olímpicos siempre debe de tener como principal objetivo el avance de los atletas del país sede. Hace exactamente cinco años los Juegos Panamericanos Guadalajara se estaban inaugurando y después de ese tiempo, el deporte mexicano sigue igual o peor.

Tomemos el ejemplo de España y su justa olímpica en Barcelona. El evento se llevó a cabo en 1992, pero desde 1988 implementaron el Plan ADO. En ese programa se les daba apoyo total a los deportistas ibéricos en búsqueda de mejorar los resultados.

Antes de ese plan, los españoles tenían en su historia 27 medallas olímpicas. Desde ese entonces, hasta los Juegos de Río de Janeiro han cuadruplicado su cosecha de preseas (123 en total). Eso sin contar campeonatos mundiales y europeos.

Sin embargo, como en México se acostumbra hacer todo con poca planeación. Los Juegos Panamericanos entregaron 113 medallas en total para la delegación mexicana, pero el problema es que sólo quedó en eso, no hubo progreso. Es más, para Toronto 2015 el número de preseas disminuyó en un 15%.

Se dio un pequeño salto en Londres 2012, pero para Río 2016 las cosas no mejoraron. Fueron cinco medallas, que para gran parte del público se quedaron muy cortos. Además, las críticas por los resultados fueron fuertísimas, al punto que se presionó a deportistas a dar declaraciones desafortunadas.

Empero, realmente no se puede culpar a los atletas –o no en su totalidad–, esto porque son víctimas de malas decisiones administrativas. Un ejemplo claro es lo que acaba de pasar con Paola Pliego y el supuesto doping que terminó siendo un error de la delegación y el laboratorio en México.

Aquí los que tienen la batuta son los que no planean, los que están peleando por cuestiones que terminan afectando el deporte. Los dirigentes de CONADE y COM, Alfredo Castillo y Carlos Padilla, están concentrados en todo menos en lo importante: los atletas.

Sus conflictos llegaron al grado que la participación en la justa olímpica en tierras brasileñas estuvo cerca de no llegar. Ese es el patrón del deporte mexicano: peleas, malos manejos, directivos incompetentes y finalmente, los pésimos resultados.

Carlos Padilla y Alfredo Castillo

También hay que dejar claro, los deportistas paralímpicos son punto aparte. Personas con poco apoyo gubernamental pero que en cada evento salen a dar la cara por el país. En la justa olímpica se colgaron 15 preseas, en Toronto sumaron 32 y en Guadalajara quedaron en tercer lugar del medallero con 165.

Con ellos la situación es hasta frustrante. Sólo de imaginar si las cosas estuvieran bien organizadas y tuvieran el apoyo adecuado las medallas llegarían en mayor cantidad. Es más, sin irse muy lejos México sería potencia mundial.

José Baez

Por si fuera poco, el estado quedó endudado y con muchísimos problemas. En 2013 el diario La Jornada reportó que el 60% de las instalaciones estaban subutilizadas, la villa no se puede vender y el mantenimiento mensual ronda los 500 mil pesos y que la pérdida total era de casi tres millones de pesos anuales.

Así, los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 siguen siendo una muestra de algo que realmente no funcionó. No por lo atletas, sino por lo que curiosamente en México siempre es, malos manejos y cero planeación.

***Miguel Delucio / @miguel_delucio
***Fotos Mexsport

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