¿Cómo explicar lo ocurrido en el terreno de juego contra Italia?
Por difícil que parezca, ni los jugadores lo saben a ciencia cierta.
Han transcurrido apenas unos minutos de terminado el partido y me encuentro en la llamada “zona mixta”, que no es más que un largo pasillo, por el que de acuerdo a regulaciones de la FIFA, todos los jugadores deben desfilar y comparecer ante la prensa ahí reunida, so pena de alguna amonestación o multa económica.
Para ser honesto, es una de esas cosas que salen a todo dar cuando el equipo gana, pero que suele convertirse en una pesadilla cuando el resultado es adverso, y es que si en la tele vemos a un futbolista salir de los cuestionamientos con frases hechas como “así es el fútbol” o “hay que seguir trabajando”, ahora multipliquen eso por veintidós futbolistas y cientos de reporteros repitiendo las mismas preguntas y/o respuestas.
Sin embargo, lo que terminó por fulminarme del México vs Italia fue justamente la zona mixta, en donde la tristeza era infinita y las caras largas reinaban por doquier. Ahí es donde tras una derrota que agudiza la crisis Tricolor, uno esperaría ver a los líderes del equipo apechugar las críticas y los cuestionamientos, más por convicción que por obligación, pero la realidad no fue así, al grado que hasta la poca fluidez con la que ha jugado la selección en los últimos encuentros parece haberse trasladado también al vestidor. Y así mientras Carlos Salcido declara cosas como “Debemos tener personalidad y jugar sin miedo; hoy tuvimos miedo para tener la pelota”, a los pocos minutos, el “Maza” Rodriguez dice que “Nosotros no nos achicamos ante ningún jugador de ellos” (sic).
Chicharito aparece a escena, es el máximo ídolo del momento en la selección nacional. Un tipo inteligente, educado y carismático, que a pesar de haber anotado el gol del empate y colocarse como el cuarto mejor delantero en la historia de nuestro país, en la zona mixta aparecía anímica y emocionalmente destrozado: “Discúlpame, pero se me acabaron las palabras” susurra mientras continua su camino con la cabeza baja.
Siguieron jugadores como Torrado y Corona, quienes coincidieron en que México debe mejorar ante Brasil y bla bla bla. Sin embargo, lo verdaderamente aterrador, ocurría en una sala contigua a la zona mixta, en donde José Manuel de la Torre comparecía en conferencia de prensa ante los medios, achacando la derrota a una “jugada individual” de Balotelli.
Cuando fue cuestionado por renunciar al ataque y posesión de pelota, declaró “El planteamiento era así, queríamos esperar a Italia y buscar la espalda para que con las condiciones del equipo les hiciéramos daño. No es que haya sido defensivo, es esperar nada más y crear espacios. Si hubiéramos sido defensivos no hubiéramos tenido acciones”.
Tras escuchar eso, es cuando realmente me convenzo de que José Manuel de la Torre parece tener contadas las horas al frente del Tricolor. No es que sea un mal técnico, simplemente parece haber sido contagiado por el virus que parece afectar a cualquier personaje que llega al banquillo de la selección, esa ceguera, que les impide ver y reconocer sus errores. Le pasó a Lavolpe, le pasó a Aguirre y ahora, parece sucederle a Chepo, quien ciertamente, parece haber perdido toda claridad ante la crisis del Tricolor.
Basta leer la tan contundente como exacta crónica de Cayetano Ros en El Pais y compararla con las declaraciones del técnico, para darse cuenta de que Chepo está viendo su propio partido.
Un par de periodistas que suelen estar pegados a la selección día y noche, me compartieron el desencanto de algunos jugadores con el técnico. Otros más, no lo hablan, pero su rostro nos dice mucho más. Es un secreto a voces. El proceso se ha desgastado.
La derrota contra Italia no duele por el resultado, sino por que México nunca supo ordenarse para pelear por un partido, que en otras circunstancias, se hubiera podido competir. Los de Prandelli nos pasaron por encima de principio a fin y todo parece indicar que lo peor está por venir.
México está obligado a sumar contra Brasil a como de lugar. Una derrota más, nos dejaría eliminados de la Copa Confederaciones a las primeras de cambio. El Tri ha sido exhibido y ahora vemos que el problema no es que Jamaica, Panamá o Costa Rica “se nos encerraran”.
El fútbol ha desaparecido, el ánimo está por los suelos y todo parece indicar que José Manuel de la Torre, tiene las horas contadas al frente del Tricolor.