Genio, figura, extrovertido, extraterrestre, sin vergüenza, infame, D10s. Todo eso y mas era Diego Armando Maradona, un jugador, una figura, una leyenda del fútbol y de nuestro mundo contemporáneo.

Decir que con Diego Armando Maradona murió una parte del fútbol no es exageración, por el contrario, es reconocer a uno de los mejores jugadores de nuestra era, e indiscutible figura del mundial de México’86 donde se coronó junto a Argentina con dos de los goles más recordados en la historia del fútbol mundial: ‘El gol del siglo’ y ‘La Mano De Dios’, ambos en cuartos de final contra Inglaterra.

No hay futbolero que pueda abstraerse de la magia que generaba su juego, aquella zurda endiablada que la tarde del 22 de Junio de 1986 hizo cimbrar al Estadio Azteca y con él a todo el mundo. Fue el gol con el que muchos (sobre todo los que nacimos en los ochenta) nos enamoramos del fútbol, el gol que hemos soñado imitar, el gol que hemos visto una, y otra, y otra, y otra vez en televisión. El gol, que hay que decirlo, también nos regaló una de las mejores narraciones de la historia, de la voz del uruguayo Victor Hugo Morales.

“La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga… ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta… ¡¡GOOOOOOOOL!!! ¡¡¡¡GOOOOOL!!!! ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme… Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos… Barrilete cósmico… ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2 – Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona… Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2-Inglaterra 0”.

Maradona, ‘Los Cebollitas’ y el invicto de 136 partidos

Nacido hace 60 años en Villa Fiorito, uno de los barrios más peligrosos y marginados al sur de Buenos Aires, Diego Armando Maradona parecía destinado a revolucionar el fútbol argentino. Azamor fue la calle en la que Maradona dio sus primeras patadas al balón en la década de los sesenta y donde un amigo, Goyo Carrizo, lo invitó a probarse en las divisiones menores de Argentinos Juniors, en una prueba que parecía perdida, pues la intensa lluvia no permitía que les prestaran las canchas para mostrar su talento.

Ante la situación, Maradona y su amigo terminaron jugando en un parque, donde ‘El Pelussa’ deslumbró a propios y extraños que se negaban a creer que ese chico que resolvía los partidos, tenía apenas nueve años.

El técnico del equipo, Francis Cornejo decidió entonces ficharle, y al mismo tiempo bautizar al equipo como ‘Los Cebollitas’, porque “todos eran chiquititos”, pero fue este equipo el que conquistó todas las categorías infantiles del balompié argentino de la mano de Maradona a quién se cuenta, solían registrarlo con el apellido “Montanya” para que los contrarios no supieran que Diego estaría disponible.

Para 1973, ‘Los Cebollitas’ habían acumulado un invicto de 136 partidos, antes de que Boca Juniors fichara a Diego Armando Maradona. Francisco Cornejo, entrenador del equipo, pasó una vida difícil económicamente, y cuando fue entrevistado antes de morir en el 2008, solamente se limitó a declarar a las cámaras de televisión Yo a Maradona no le pido, le agradezco. Me siento pagado por haberlo visto”. 

Maradona, Napoli y la revolución económica del fútbol

Pero Maradona es genio y figura, un jugador sin molde que se convirtió en el catalizador que catapultó al fútbol como la maquina financiera que conocemos hoy en día.

Maradona rompió el récord mundial de transferencias en dos ocasiones: primeros cuando dejó Boca Juniors para irse al Barcelona por 7.2 millones de euros en 1982 y posteriormente, cuando el Napoli pagó 8 millones de euros para fichar al argentino en 1985, cuando más de 80 mil aficionados abarrotaron el estadio de San Paolo para recibir a su nuevo héroe que descendía de un helicóptero.

Maradona fue -en dos ocasiones- el fichaje más caro en la historia del fútbol, consolidando un modelo de negocio que en la década de los ochenta vio a los equipos pagar sumas millonarias por nombres como Paul Gascoigne, Jurgen Klinsmann, Roberto Donadoni o Rudd Gullit, y que hoy en día se ha salido de control cuando vemos las sumas desembolsadas por jugadores como Neymar, Mbappé, o Salah.

Fue precisamente en Napoli, donde Maradona jugó su mejor fútbol a nivel de clubes, ayudando al equipo italiano a conquistar sus primeros títulos de liga en 1987 y 1990, así como la Copa Italia en 1987 y la Copa de la UEFA en 1989.

Hijo de la era televisiva del fútbol que propagaba sus hazañas por todo el mundo, le convirtió en un referente de la cultura popular, en un ídolo inalcanzable que le llevó a sentirse asfixiado por la atención recibida: “Napoli es una gran ciudad, pero  apenas puedo respirar. Quiero ser libre para caminar. Soy un chico como cualquier otro” dijo en su momento. Fue precisamente este tipo de atención, el que también provocó que el fútbol comenzara a convertirse en una forma de entretenimiento, y donde los jugadores comenzaron a ser también su propia marca. 

La importancia de Maradona para el Napoli fue tal, que el equipo italiano retiró en el año 2000 la camiseta número 10 en su honor, en tanto que la importancia de Napoli en la vida de Maradona fue completamente opuesta, pues fue precisamente durante su etapa en Napoles, donde Diego Armando Maradona comenzó a ser vinculado con la Camorra, y donde se desataron sus problemas de adicción a la cocaína.

Tras perder la final del mundial de Italia ’90 frente a Alemania, Maradona dio positivo a una prueba antidoping que le trajo una suspensión de 15 meses, de la cual regresó para disputar el Mundial de USA ’94, en donde una eufórica celebración frente a las cámaras de televisión encendió las alarmas, siendo retirado del torneo y expulsado del fútbol de forma definitiva, tras dar positivo a efedrina y otras sustancias.

A partir de ahí, la vida personal de Diego Maradona se salió de control, siendo hospitalizado en repetidas ocasiones por sus problemas de adicción y de salud. Su comportamiento errático, le llevó también a convertirse en un fenómeno de las redes, aunque tal vez, significaba un grito de ayuda.

La iglesia Maradoniana

Maradona superó las barreras de las canchas y los estadios. Se instaló en la vida de muchos futboleros, como una cultura, o como una religión como es la Iglesia Maradoniana, fundada  finales de los noventa por fanáticos del futbolista en Argentina, expandiéndose rápidamente a otros países como España, Italia, Uruguay o México, y que para el 2015 contaba con más de 500 mil seguidores en todo el mundo, acuñando su propia Biblia, llamada “Yo soy el Diego de la Gente” y oraciones como el “Diego Nuestro” que reza:

Diego nuestro que estas en la tierra,
santificada sea tu zurda,
Venga a nosotros tu magia,
háganse tus goles recordar,
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy una alegría en este día,
y perdona aquellos periodistas
así como nosotros perdonamos
a la mafia napolitana.
No nos dejes manchar la pelota
y líbranos de Havelange…

El adiós de una leyenda

Diego Armando Maradona es un personaje que agota los adjetivos, y su vida, una verdadera lección de la fama, los excesos, las malas compañías y sobre todo, de la soledad y la depresión.

Genio, figura, extrovertido, extraterrestre, sin vergüenza, infame, D10s. Todo eso y mas era Diego Armando Maradona, Al final del día, como bien dijo un autor argentino, “no me importa lo que hizo con su vida…, sino lo que hizo con la mía”.

Gracias, Diego.

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