Hay momentos en la vida que nos marcan y aunque se trate de cambios intensos, siempre tienen una parte positiva. La historia de Max Parrot es un claro ejemplo, pues se trata de un snowboarder que actualmente brilla en Beijing 2022 y hace tres años pasó por una situación que modificó su forma de ver cada aspecto de la vida.
Originario de Canadá, se llevó la medalla de oro en la prueba de slopestyle en los Juegos Olímpicos; días después, se adjudicó el bronce en big air. Pero el camino hacia la justa tuvo una pausa cuando el cáncer invadió su cuerpo. Parrot confesó haberse sentido como un león enjaulado y aun así, no cambiaría ningún momento de los últimos tres años debido a todo lo que aprendió.
Así fue el camino de Max Parrot hacia Beijing 2022
Max Parrot tuvo su debut como atleta olímpico en Sochi 2014 y terminó quinto en la prueba de slopestyle; en PyeongChang 2018 compitió en la misma modalidad para conquistar su primera medalla, que fue plata, y agregó también el big air donde terminó noveno.
En diciembre del mismo año, Parrot fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin y requirió de 12 sesiones de quimioterapia durante seis meses. El camino continuó en julio de 2019 con la buena noticia de que la batalla estaba a favor del snowboarder y por fin podría regresar a practicar el deporte que ama.
Sin embargo, la vida dio un giro de 180 grados para Max Parrot. Las cosas más simples cobraron importancia y lo que parecía algo normal, pasó a ser un motivo para agradecer.
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“Pasar por este enorme reto del cáncer me hizo darme cuenta de lo agradecido que estoy por estar vivo; de lo agradecido que estoy por poder realizar mi deporte y mi pasión como un trabajo, puedo viajar por el mundo. Hay mucho por lo que agradezco porque estaba dando todo por sentado y ahora aprecio la vida 100 veces más“, dijo a Olympics.
El canadiense confesó que también estaba presionándose de más en el camino a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 y ahora intenta darle prioridad a disfrutar cada momento. “Cada parte de mi vida me ha hecho más fuerte. El año después del cáncer gané tres medallas de oro en los X-Games, así que probablemente fue el mejor año de mi carrera. Mi nueva forma de apreciar todo me ha dado mejores resultados“.
