Michael Jordan se retiró de la NBA en octubre de 1993, meses después de la muerte de su padre, James, quien jugó béisbol de manera semiprofesional. Esto influyó para que la leyenda de los Chicago Bulls decidiera incursionar en la MLS con los Chicago White Sox, aunque también estuvo cerca de jugar en México con las Águilas de Mexicali.
Jordan ya había aceptado la oferta para jugar del otro lado de la frontera y sus condiciones habían sido aceptadas por Raúl Cano, gerente del equipo de la Liga del Pacífico.
Entre las condiciones de Jordan estaba un departamento dentro de las instalaciones del campo de golf, sólo jugar en Mexicali (no jugaría partidos de visitante) y volver a Estados Unidos después de cada serie.
Las negociaciones se dieron gracias a Terry Francona, con quien Cano coincidió en los Cleveland Indians, donde el mexicano era coach de pitcheo clase A. En tanto, Francona sería coach de Jordan en la Arizona Fall League.
Cano aseguró que pocos creían que podría firmar a Jordan. “Cuando supe que Jordan iba a la Arizona Fall League y que su manager sería Terry Francona, le dije a todos en la oficina en Mexicali que iría a ofrecerle jugar con Águilas en invierno. Me tacharon de loco y le hablé a Óscar Suárez (agente de peloteros) para que me acompañara, pero me dijo lo mismo”, compartió Cano a purobeisbol.
Las pláticas se dieron de manera positiva y Jordan ya estaba apalabrado, incluso se llegó al punto del salario, el cual sería pagado por los patrocinadores del entonces exbasquetbolista, quien por esa situación pidió que su uniforme estuviera sin publicidad.
“Es el punto más interesante porque le pregunté ¿cuántos nos vas a cobrar por jugar en Mexicali? Y Jordan dijo: ‘Nada’. Lo único que me pidió de es que su uniforme estuviera sin ninguna publicidad porque él pondría a todos sus patrocinadores y ellos le pagarían el total de su salario por jugar en invierno”, indicó.
Sin embargo, cinco días antes de que Jordan comenzara a entrenar, el abogado de Jordan echó para abajo todo, ya que Michael estaba en proceso de divorcio, por lo que su hija le pidió pasar todo el resto del año juntos, y prometió que jugaría en la Liga del Pacífico al año siguiente, pero Jordan se dio cuenta que el beisbol no era lo suyo y regresó a la NBA para seguir forjando su leyenda con los Bulls.
