Por: José Del Bosque/ @PepedelBosque

En un partido bastante flojo, Rusia se impuso 2-0 a Nueva Zelanda en el inicio de la Copa Confederaciones 2017. Tal como se esperaba, los anfitriones salieron a buscar el resultado con un esquema ofensivo formado por tres centrales, tres centrocampistas, dos carrileros y dos hiperactivos puntas.

El equipo ruso estuvo lejos de ser brillante en el primer tiempo al no poder asentarse y fluir en campo rival, aunque la defensa neozelandesa les ofreció muchísimas facilidades porque adelantaba la línea y regalaba espacios a su espalda. Así llegó el primer gol. Después de una equivocación en la salida ante la buena presión alta ejercida por los rusos, Glushakov completó una brillante jugada de Poloz que terminó en el autogol de Boxall.

Los representantes de Oceanía apostaron por el juego directo hacia su potente punta, Chris Wood, pero el delantero del Leeds United estuvo muy solo y Barbarouses ni Thomas pudieron acompañarlo para generar peligro en el arco defendido por el eterno Akinfeev.

No es nada nuevo, Nueva Zelanda no es parámetro para medir a un equipo ruso que, pese a que pudo golear, quedó a deber en muchos lapsos del juego. La nota positiva son los hombres de ofensiva porque, al día de hoy, “Rusia es sus delanteros”. La intensidad de Poloz y el talento de Smolov es actualmente el valor competitivo más grande de un equipo que extraña el regate de Shatov, la creatividad de Dzagoev, la calidad de Kokorin y el juego aéreo de Dzyuba.

Pleca Copa Confederaciones

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