Todo parece indicar que uno de los equipos de mayor tradición del futbol mexicano los Tiburones Rojos de Veracruz, se ha convertido en un regalo político que pasa de mano en mano en tratos fuera de la ley. El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, dio al equipo en promesa de comodato al diputado priista Fidel Kuri.
Tal convenio nunca fue aprobado por el Congreso Estatal, otorgando al diputado el usufructo de todos los bienes del club: nombre del equipo, marca comercial, logotipo y el estadio Luis Pirata Fuente. Y por si eso no fuera poco, también le cede las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento, que se localiza en el kilómetro 6.5 de la carretera Paso de Ovejas.
El documento fue firmado el 13 de noviembre de 2013 por el mandatario veracruzano y el representante legal de la promotora y Fidel Kuri Mustieles (hijo del legislador) quien también entro en calidad de testigo.
Con este contrato, Duarte pretende entregar a un particular todos los bienes del equipo a perpetuidad de un ente privado, quitando parte del patrimonio de los veracruzanos.
El periodo registrado en este convenio, concluyó en enero del 2014, pero hasta la fecha Kuri Grajales sigue operando y sacando lucro de los bienes del estado. Ninguna autoridad ha evitado esta irregularidad.
La Comisión de Juventud y Deporte analizó el convenio y determinó que este era totalmente desventajoso para la entidad. Regresando el convenio al gobierno estatal, que nunca lo devolvió actualizado.
El problema que surge de este embrollo, radica en que si por alguna razón Fidel Kuri no tiene una buena relación con el próximo mandatario, sea cual sea su partido político, este podría mandar a cerrar las instalaciones afectando al equipo abriendo un periodo de incertidumbre gubernamental.