Por ahora, Usain Bolt es dueño del título del hombre más rápido del mundo y conservará esta distinción por un par de décadas, en lo que surge alguien que sea capaz de llegar al límite de máximo de velocidad para un humano.
En 2009, durante el Mundial de Atletismo que se celebró en Berlín, Alemania, Bolt recorrió los 100 metros en sólo 9.58 segundos y casi 10 años después, su marca se mantiene vigente.
Steve Haake, profesor de ingeniería deportiva de la Universidad de Sheffield, indicó que el humano aún no ha alcanzado su límite de velocidad después de haber analizado información sobre el desempeño de atletas en diferentes competencias.
Haake utilizó esta información para hacer el cálculo sobre la velocidad máxima que un humano puede alcanzar en 100 metros y el resultado es que el límite son 9.41 segundos, 17 décimas de segundos menos que la marca que consiguió Bolt en 2009.
Sin embargo, aquel hombre que consiga llegar a esta marca no sólo deberá cumplir con un régimen estricto de entrenamiento, sino que debe ser un portento de la naturaleza, de acuerdo con Peter Weyand, experto en biomecánica de la Universidad Metodista de Texas.
Las características del aquel hombre que pueda romper el registro de Bolt, quien pesa cerca de 94 kilogramos, deben darse desde el nacimiento: “Se requiere tener un cierto tipo de cuerpo, no se puede tener mucho peso, y hay un predominio de fibras musculares de contracción rápida que son más energéticas y aplican fuerza al suelo en un corto período, pero se fatigan rápidamente”.
Los atletas de competencias en distancias cortas, como los 100 o 200 metros planos, poseen más fibras rápidas a comparación de un atleta de maratones o distancias largas, pues ellos requieren resistencia más que velocidad, por lo que predominan las fibras de contracción lenta.
Sin embargo, el pronóstico para que alguien pueda llegar al límite de la velocidad humana tardará un par de décadas más, según Haake.
